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27. Furia

Haechan llegó hecho una furia al medio día a su casa, sin avisar. En cuanto abrió la puerta se lanzó hacia él y le clavó la punta de sus finos dedos sobre el pecho. Obligándolo a caminar hacia atrás y cerrando la puerta a su espalda. 

   — ¿¡Por qué no me dijiste que tú y el imbécil ese regresaron!?

   Jaemin no midió bien sus pasos y como no veía hacia donde iba, término chocando contra el sillón, cayendo de espaldas.

   Su amigo, como el jodido hijo de puta desconsiderado que era comenzó a reírse a carcajadas sin mostrar intención alguna de ayudarlo. Jaemin se puso rápidamente de pie y trató de aparentar que la espalda no le dolía, cuando en realidad, sentía que se la había partido en dos.

  — ¡No hemos regresado!

   ¿Por qué Jungwoo y él insistían tanto en que lo habían hecho? ¡Eso era sacar conclusiones precipitadas! ¿Todo el día estaban observando lo que hacían juntos o qué?

   —No te hagas el inocente. Vi que volvieron a ser amigos en Facebook y te la has pasado etiquetándolo en memes de pareja. ¡Incluso te contesta! Cuando claramente el idiota cara de perro nunca en su vida le han gustado las redes sociales.

   Jaemin hizo una mueca y lo miró con los ojos entornados.

   — ¿Y nada más por eso ya regresamos?

   — ¡Sí! Sabes que sí, ¡deja de hacerte el desentendido! Me estás exasperando.

   Jaemin bufó y se hizo a un lado para que Haechan pasara a la cocina. Su amigo fue directo a tomar un vaso con agua fría y se lo tomó todo del golpe. Debía admitir que su mortificación le estaba dando bastante gracia.

   —Muy bien, ¿y que si lo hicimos? —Jaemin levantó una ceja con diversión—. ¿Viniste aquí para reclamarme que ya volví con mi ex?

   Haechan dejó el vaso sobre la tarja del fregadero y luego, caminó hacia él, todavía mirándolo acusatoriamente. Como si supiera todos sus pecados y él se los negara de uno a uno.

   — ¡Exactamente!

   Naturalmente, Jaemin todavía no le había dicho nada sobre lo sucedido con Jeno. No creía que fuera necesario enterar a las personas sobre sus desgracias como pareja. Sin embargo, en ese momento, realmente dudó. No soportaba que nadie se refiriera a Jeno de forma despectiva. Menos si desconocían las circunstancias que lo habían obligado a actuar como lo había hecho.

   ¿Contárselo a Haechan era una buena idea? No lo sabía. Jaemin confiaba ciegamente en él hasta el día en que lo traicionó ayudándolo a perder la dignidad en la fiesta de su graduación, al subir todas esas fotos y videos vergonzosos. Además, el trauma que le había generado su supuesta mejor amiga, lo estaba volviendo quisquilloso hasta el punto de tener cuidado con absolutamente todo lo que decía y hacía.

   Se sentía atrapado, ¿Qué debería hacer?

   —Dios, no te quedes callado Jaemin, me pones los pelos de punta, ¿Qué fue lo que pasó ahora? ¿Con que excusa barata te compró?

   Jaemin pasó las manos por su cabello con frustración. Se sentía dividido. Haechan lo miró con atención y por primera vez desde que había llegado, suspiró y desvió la mirada, como si repentinamente se estuviera apiadando de él.

   —Si no quieres decirme está bien, lo entiendo —su amigo giró sobre sus talones y tomó el vaso que había dejado en la tarja, para pasarle una esponja llena de jabón por encima. Parecía casi resignado—. Lo único que espero es que sepas lo que estás haciendo. No soportaría volver a verte... ya sabes, tan roto, como la última vez.