Falaina ಌJikook-Kookmin

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Gritos pidiendo ayuda, personas llorando implorando por piedad, balas cayendo en el suelo como si de confeti tratara, calles completas alumbradas por las llamas, y la luna llena tapada por nubes,  la mitad del pueblo se econtraba oscuro por el humo del castillo, en la parte de atras donde se hayaba la cocina y se descargaba la mercancia, no existia mas,todo estaba siendo deborado por las llamas, varias personas intentaron apagar el fuego, pero otra explosion los asusto, la bomba habia caido en la granja lejana del pueblo.

Jimin no podia creer lo que estaba sucediendo, estaba corriendo hacia la casa de su mejor amigo, ese camino que tanto amaba por las noches, se convirtio en un sufrimiento por que se tartaba dos horas en llegar, sin embargo, una carreta se dirigia ahi, como pudo se subio y todos fueron ayudar.

La escena era espantosa, todo el huerto de la granja estaba siendo cubierto por el fuego, rapido corrio a la casa, por suerte la bomba cayo en el granero,  pero no era un alivo ya que el fuego pudo llegar a la casa, como pudo rompio una ventana de la sala, grito y recorrio todo el piso de abajo, despues se fue arriba, abrio las unicas dos puestas pero no encontro nada, se asusto bastante pero recordo que habia un sotano, que parecia mas un fuerte, en la alfombra de la sala habia una puerta, la abrio, bajo al instante y encontro a 4 integrantes de la familia, entre ellos pudo ver a Tae, todos se sorprendieron al ver a Jimin, pero se estaban quedando sin oxigeno, Jimin y Tae cargaron cada hermana, y ayudaron a la mama de la familia Kim, salieron por donde habia entrado Jimin, el oxigeno era cada vez menos, se apresuraron y cuando Jimin salio, la casa se desmorono por completo.

Jimin vio como la mama de Tae, salio corriendo al granero, en ese instante recordo que faltaba un miembro de esa familia, volteo a ver ah su hermano y pudo ver como lloraba, en ese instante susurro las palabras que le partieron el corazon ah Jimin-

"El se encontraba en el granero"

Sus ojos se llenaban de lágrimas, abrazo ah su amigo lo más fuerte que pudo y como si se leyeran la mente, Tae solo asintió con la cabeza y eso fue la señal para que Jimin se fuera corriendo con su familia, agarro un caballo y galopando se fue de aquel escenario, al llegar al pueblo las cosas se habían medio calmado, las llamas ya no consumían una parte del castillo, solo se encontraba el humo esparciéndose por todo el cielo, fue al negocio y ahí encontró a dos oficiales viendo de frente a su padre, temió lo peor y fue abrazar a su mama, viendo cómo las dos pequeñas de la casa se hallaban jugando con dos muñecas.

Su papá al ver a su hijo le hizo una señal con su mano para que se acercara, los dos se fueron aún lugar más apartado de todo el caos, su papá encontraba difícil decir aquellas palabras, mirando al piso y con los manos adentro de los pantalones empezó hablar

-Como sabes, me tendré que ir al ejército, por suerte están reclutando a los hombres que ya hayan cumplido con su deber al país- trago duro para continuar hablando- Jimin, yo no te odio, pero vaya que me haces enojar, y soy demasiado orgulloso para volver hablarte, pero ahora lo hago por que estamos en un gran problema- tomo a su hijo de los hombros y se vieron fijamente- Ahora serás el pilar de esta familia, yo me quedaré una semana más para preparar todo, pero estás consciente que la panadería no les dará mucho dinero, así que hablé con los oficiales y están dispuesto a ofrecerte un puesto como cocinero.

Los ojos de Jimin se abrieron tan grandes, que empezó a temblar, no sabía como tomar esa noticia todos sus planes estaban arruinados, pero si estaba en sus manos el futuro de su mamá y sus hermanas...no podría ser tan egoísta.

-Ayudarás a partir de mañana a la reconstrucción de la cocina, estarás ahí de 5 am a 10 pm, habrá días en la que no podrás ni llegar a casa...pero todo esfuerzo es recompensado,por favor Jimin, está en tus manos, dejemos todo ese odio atrás y hazme este último favor.

Con los ojos ya cristalizados Jimin abrazo a su papá, llorando le dice que podía confiar en el, ya no era ese chico egoísta y tonto de hace unos años, era momento de madurar.