36 - parte 2/2 (final)

429 34 4
                                    

.

Juan: Eres feliz verdad?

Kim: Si mi amor, yo soy la mujer más feliz del mundo, tengo a mi vigilante privado que va estar conmigo toda la vida.

Juan: Y yo a mi blanquita que me va a dar muchos besitos, me va a cantar todos los días con su hermosa voz, vamos a vivir juntos y vamos a ser muy felices.

Kim: Vamos a estar juntos siempre, tú eres el vigilante de mi corazón.

Juan: Siempre te voy a cuidar.

Kim: - Sonrío - Te amo.

Juan: Yo también te amo. - la besó -

Después de seguir celebrando entre los cuatro, Kim y Juan se fueron a casa de la mamá de él, Juan iba a despedirse de ella ya que después de la fiesta, empezaría una nueva vida con su esposa, además que tenían que disfrutar su primera noche de casados y no la iba a ver por ese día.

Juan: Mi amor por fin juntos. - era la décima vez que lo decía, pero realmente expresar lo que sentía lo hacía feliz, aún no podía creer que después de todo lo habían logrado, al fin podía llamar esposa a su blanquita -

Kim: Por fin mi amor y para siempre. - lo besó -

Juan: Me has echo el hombre más afortunado mi amor, nos casamos, como te lo prometí.

Kim: Si mi amor, no veo la hora en que lleguemos a nuestra casa, estar juntos, con nuestros cinco hijos jugando por todo el lugar . - sonrío -

Juan: ¿Qué? - rio - cinco? No no, tenemos que tener dos, un par.

Kim: No mi amor, tenemos que tener cinco, seis o ocho, no lo sé, yo siempre estuve sola y ahora quiero tener una familia numerosa contigo. - dijo haciendo puchero, sabía cual era la debilidad de Juan, quizá así lo lograba convencer -

Juan: Por Dios, ya amor, primero un hijito.

Kim: Hijita. - lo corrigió -

Juan: Bueno hijita y después vemos qué pasa. ¿Si?

Kim: Bueno, tengo toda la vida para convencerte mi amor. - dijo colocando sus manos en sus mejillas - Te amo.

Juan: Yo más. - Ella lo besó, se separaron cuando el auto se detuvo, era señal de que alguien iba a bajar - Amor te explico, yo iré a despedirme de mi mamá y tú irás a casa de Fiorella, tocas muchas veces porque puede que ellos ya hayan adelantado su luna de miel. - rio y Kim hizo lo mismo -

Kim: Mi amor, no vayas, no me dejes sola, quédate conmigo, tengo un.. - Desde que había despertado ese día, sentía que algo mala iba a suceder, trato de no hacer caso y mantenerse tranquila. Ya había pasado unas horas y ya se encontraba casada, pero esa sensación seguía y no sabía porque -

Juan: Tengo que ir amor.

Kim: Pero no te demores si,te voy a extrañar un montón. - le robó un pequeño beso y sonrío -

Juan: Te amo.

Kim: Te amo con todo mi corazón. - le dijo mirándole a los ojos mientras sonreía, después pasó a abrazarlo muy fuerte -

Juan: Yo más. - dijo aún aferrándose más al abrazo -

Kim: Casados al fin, vamos estar juntos toda la vida. - Ella tampoco podía creer que ya estaba casada con el amor de su vida, después de tanto había llegado el día y necesitaba gritárselo al mundo entero, contar que se habían casado y no se cansaría de decir lo feliz que era en ese momento -

Juan: Me lo prometes otra vez?

Kim: Te lo prometo, para siempre. - Él la besó - Ya mi amor anda, no te demores si, te amo. - Juan le dio otro beso y salió del auto -

Juan: Te amo. - le mando un beso volado que ella al atrapar sonrío. La camioneta que habían contratado de recién casados empezó a arrancar, a él se le cayeron las llaves y tuvo un presentimiento extraño, volteó a ver la camioneta - Blanquita.. - dijo viendo el auto alejarse y camino un poco hasta la autopista, de un momento a otro el vehículo explotó, Juan cayó al suelo y al levantarse quiso ir detrás de este pero su madre lo detuvo, estaba en un shock tremendo, lo único que salía de sus labios era "No Kimberly, tú no" una y otra vez las mismas palabras y con sus lágrimas cayendo por todo su rostro.

— Oh Dios mío, qué pasó - dijo uno de los vecinos.

— Llamen a una ambulancia. - dijo otro que salió de su casa por el ruido que se escuchó -

Juan: No, no. Kimberly no. - gritaba llorando, su madre lo abrazaba también llorando, esto era difícil para ambos - Kimberly mamá. Suéltame. - decía tratando salirse de su agarre - Kimberly no.

Algunos minutos pasaron y un enfermo se acercó.

Enfermero: Buenas tardes, lamento informarles que no hay ningún sobreviviente.

Juan: Como que no hay sobrevivientes? - dijo enojado y agarró al enfermo de su camisa como si él tuviera la culpa de lo sucedido -

MJ: Juan de Dios. - lo regañó y lo separó de este -

Juan: Mamá escúchame, ella no se puede morir.

MJ: - le tiró una bofetada - Cálmate, por favor hijo.

Juan: Mamá ella está viva. - dijo con la voz entrecortada -

MJ: No Hijo. - dijo llorando y lo abrazó -

Juan: Yo sé que si, déjame ir, por favor mamá. - había vuelto a llorar, tenía el corazón roto en ese momento, como era posible que hace un momento se había casado con el amor de su vida y ahora ella ya no esté, no entendía nada, sólo quería ir hacia la camioneta, o lo que quedaba de ella y ver con sus propios ojos lo que pasaba, si lo que le decían era cierto, él estaba muy aferrado a la idea que no era así, su blanquita estaba viva y él tenía que verla, pero su madre no lo dejaba, era peligroso acercarse -

En otro lugar del país

Carlos: Listo socio, he cumplido con mi parte. - dijo tirando su maleta al suelo -

Daniel: Perfecto, ahora si empezara nuestra verdadera venganza. - sonrío - Él me quito lo que yo más quería, ahora al fin es mi turno.

Carlos: En estos momentos el vigilante ese estará pensando que su blanquita está muerta. - dijo riendo y empujó la silla de ruedas en la que estaba Daniel -

Daniel: - Jalo el cabello de Kim para atrás, ella se encontraba amarrada a una silla y llorando - Y a ti, no podrán salvarte, sabes porqué? Porque no existes para nadie. Yo tampoco existo, los dos estamos muertos, muertos en vida. - empezó a reír. Kim lo miraba con miedo, se suponía que él estaba muerto, como era posible que esté allí, pero era totalmente diferente al Daniel que había conocido, traía una cicatriz muy grande en la parte superior de su rostro y tenía una mirada aterradora, Kimberly definitivamente viviría el mismo infierno estando ahí, pero en ese momento no le importaba como se sentiría ella, le importaba Juan, como estaba él, seguro con el corazón roto por todo lo que había pasado, porque para ese momento él y todos los demás estarían pensando que ella estaba muerta, cuando esa no era la realidad -

Y fue así como ese día se convirtió en una tragedia, seguramente ese día al despertar Juan no se imaginaba que eso iba a suceder, ambos habían llegado felices esa tarde a su casamiento y en pocas hora todo había cambiado. El temor ahora para Kimberly era si después de todo volvería a ver al amor de su vida, a su esposo, a su vigilante.

.

Continuará ..

"Mi vigilante" Temporada 2 y 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora