"Mi vigilante" Temporada 2 y 3

|2|

.

La oficial Mariana llamó a Juan para tomarle nuevamente una declaración, aunque sea un mínimo detalle podría ayudar en el caso. Ya le habían dado de alta el hospital, así que fue a la comisaría en compañía de Fiorella y Mario.

Juan: Por favor, yo ya no quiero estar aquí, no quiero hablar con nadie.

Policia: Yo sé que es muy difícil, pero si queremos resolver esto necesito más datos. - suspiró - Tú fuiste el único testigo que estuvo ahí, cualquier detalle que pueda recordar es clave.

Juan: Ella no quería que yo bajara, no quería quedarse sola, no sé porque no le hice caso. - dijo con la voz entrecortada -

Policia: Significa que temía de algo.

Fio: Habían pasado tantas cosas que Kimberly siempre sentía que algo o alguien los podía separar. - dijo triste -

Juan: - suspiró - Poquito antes de casarnos recibí unas rosas ensangrentadas, no dije nada porque no quise que se angustiaran. - Y era cierto lo que decía, una semana antes del matrimonio él había recibido unas rosas ensangrentadas, pero no quiso decir nada por no preocupar a Kim. Además, hasta ese entonces todos creían que Daniel estaba muerto y con eso, todas los problemas se acabarían. Seguramente era una broma de alguien, una muy mala broma que no quiso tomar por alto -

Policia: Usted, ¿tenía enemigos? - tomó un papel con un lapicero para anotar -

Mario: Por supuesto, el papá de Kimberly lo odiaba, Daniel también, pero pensábamos que al estar muerto íbamos a poder estar en paz. Ya me di cuenta que no será así. - se pasó la mano por el cabello y suspiró -

Juan: Lo siento, no me siento bien. - se levantó del asiento - Perdón. - salió de la oficina-

Mario: Juan.. - dijo al verlo salir y la oficial con un gesto les indico que podrían retirarse -

.

Para Kimberly nada iba bien, llevaba en ese lugar un día y medio, pero para ella cada hora era eterna. Llevaba muchas horas sin dormir y lo poco que había dormido lo logró después de tanto llanto, así que tenía los ojos hinchados, incluso aún vestía de novia, el poco maquillaje que le quedaba era el rímel que había manchado sus ojos.  Estaba cansada, nadie la escuchaba allí a pesar de tantas súplicas. Ahora entendía porque Daniel había dicho que moriría lentamente, porque si, ella estaba muerta en vida.

Kim: Mabel. - se limpió las lágrimas y se acercó a la puerta - Mabel.

Mabel: Siéntate, siéntate. - ordenó y Kim obedeció. Abrió la puerta y se acercó a ella - Ten, ponte esta ropa. - Tiró la bolsa sobre el catre y camino hacia la salida -

Kim: Mabel te lo ruego - Se arrodilló y la detuvo tomándola del brazo - Déjame salir, te lo suplico. Tú no eres como ellos, por favor.

Mabel: Kimberly mejor cierra la boca, cállate. ¡Shh! - ordenó -

Kim: Mabel escúchame.. - Se levantó - Yo sé que quizá le tengas miedo a tu hermano, pero yo te juro que no le voy a decir nada, te lo juro.

Mabel: Tú sabes lo que pasaría si mi hermano se llegará a enterar?

Kim: Es que no voy a decir nada, lo prometo.

Mabel: - suspiró y se colocó en el marco de la puerta -  Vete entonces . - ordenó -  Anda, ve. - señaló la salida -

Kim: - Una pequeña sonrisa apareció en su rostro. - Gracias. - dijo mientras se acercaba a la puerta. Mabel la detuvo con ambas manos y empezó a reír -

Mabel: De verdad eres bien estúpida ¿No? Pensaste que te voy a dejar partir? Ahora que es el momento perfecto para vengarnos de ti?

Kim: Pero que te hice Mabel.- dijo limpiando las pequeñas lágrimas que caían por sus mejillas -