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Salió corriendo y se detuvo en el patio. Estaba con los ojos llorosos, no sabía que había echo.

Gus: Kimberly - apareció corriendo detrás de ella - ¿Qué estás haciendo?

Kim: No me puedo casar contigo, perdón.

Gus: Cómo que no puedes, no entiendo.

Kim: No puedo. - dijo asustada -

Gus: Porque?

Kim: Perdóname, no puedo.

PK: - Apareció detrás de Gustavo - Kimberly regresa ahora mismo. - dijo enojado -

Kim: Papá traté mal a Juan de Dios, necesito hablar con él.. pedirle perdón. Lo trate muy mal.

Gus: No, no. Kimberly tú te vas a casar conmigo.

Kim: Yo te quiero mucho, eres una buena persona, pero no puedo.

Gus: No, aún estamos a tiempo de regresar, piénsalo bien Kimberly. - la agarró de los brazos -

Kim: Perdóname. - se salió de sus brazos y le entregó el bouquet -

Gus: No me puedes dejar así.

Kim: Perdóname. - gritó y se fue corriendo. -

Gus: Kimberly.

PK: Kimberly - gritó enojado -

Las últimas esperanzas del señor Loaiza, se habían ido. Si bien sus mentiras en algún momento resultó, pero ahora Kimberly recordaba todo y las cosas iban a cambiar.

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Juan estaba en la oficina de Fabiola, no tenía ganas de nada, pero aún así tenía que asistir a su trabajo. Su celular sonó y el contestó.

Fio: Se acabó Juanito, Kimberly se casó hace 1 hora.

Juan: No puede ser Fiorella, no puede ser..

Fio: Yo no quería darte esta noticia, pero se acabó.

Juan: Dónde está ella?

Fio: Deben estar en la celebración, pero no tengo idea en dónde es. Voy a llamar a toda la gente que conozco para ver si saben algo. Si la encuentro, quieres que le diga algo?

Juan: Sí, dile que la amo, que.. No, mejor no le digas nada, ya no importa. - colgó -

Fabiola: Juan de Dios yo..

Juan: Por favor señorita, ya no me diga nada, no quiero más..

Fabiola: No iba a decir nada, iba a hacer algo un poco más efectivo. - Se acercó a él y lo abrazó - Tranquilo, todo va estar bien.

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Kim corrió calles y más calles. Se detenía pero después seguía, recordaba como había tratado a Juan y sus lágrimas no se evitaban a salir. Era tan extraño que recuerde todo justo cuando se iba a casar con el chico que mejor le convenía, pero Gustavo en esos momentos no importaba. Sentía mucho amor por Juan de Dios, ella lo amaba, él era el amor de su vida; si en el accidente no hubiera perdido la memoria, ellos seguirían juntos, porque aún así sus papás se lo hubieran prohibido, ella no hubiera echo caso. Todos los recuerdos que tenía con él se le vino a la mente, desde como se conocieron hasta el día en que se iban a casar. Las ganas de tenerlo delante de ella, abrazarlo y darle muchos besos, se hacia más grande cada vez; sólo quería llegar hasta donde él estaba, se detuvo en una esquina y tomó un taxi.

Mientras tanto Fabiola "consolaba" a Juan. Él se sacó la cadenita que Kimberly le regaló y la dejó en la mesa de recepción de la joyería, estaba decidido de dejar la cadena.

"Mi vigilante" Temporada 2 y 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora