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Se escuchaba las pisadas por toda la casa, mis hijos corrían de un lado a otro buscando que llevarse a la excursión, intentaba aguantar la risa viendo cómo Eric los perseguía.

Tenía un café en mis manos, tomando pequeños sorbos para intentar no dormir, no soy muy buena trasnochando, no ha esta edad.

En unos minutos todos estaban listos en la puerta, esperando su beso de despedida y la buena suerte, me agache para abrazar a mis hijos, di un leve beso a Eric y voltee para abrazar a Esna pidiendo que cuide bien de ellos, Moonbyul levantó su mano despidiéndose de todos.

Mi esposo fue el último en salir cerrando la puerta y dejando que un incómodo silencio se formará entre las dos.

Nos quedamos unos segundos allí parada sin hacer nada, Moonbyul rasco su cabeza y miraba a todos los lados excepto a mi dirección.

¿Que se supone que haremos estos dos días?

Charlas de la vida, debería quejarme de mi esposo, hablar de trabajo, hacer esto normal, quizás hacerle caso a Eric y ver una película, pero maldita sea, ¿Como lo puedo hacer? Si solo con cruzar miradas siento mi cuerpo temblar.

- ¿Quieres desayunar? - Logro formular unas palabras, ella al fin me mira, niega con una sonrisa.

- Iré a correr - La miró sorprendida, me cruzo de brazos.

- ¿Desde cuándo corres? - Pregunté.

- Desde que tengo energía en exceso - Dice con una sonrisa burlona, tarde unos minutos en comprender el comentario.

- ¡Moonbyul! - Escuchó su risa alejada, ya se había marchado a su habitación.

(...)

La casa está tan tranquila, solo está la televisión y yo, debería hacer algo mejor, quizás irme a bañar, colocar una ropa diferente, creo que tenemos que salir a un centro comercial, comprar ropa para el día de mañana.

Sinceramente no quiero salir de casa, prefiero quedarme, dormir todo el día, quizás una baño largo, un día perfecto.

Cierro los ojos, siento caer en un sueño momentáneo cómoda en el sofá.

Escuchó la puerta, miro de inmediato para encontrarme a Moonbyul agitada, sudando, su camisa holgada está un poco pegada a su espalda, me sonrojo al ver que se la empieza a quitar.

Su abdomen plano también tiene gotas de sudor y se mueve al ritmo de su respiración, me da la espalda, se dirige a la cocina en busca de algo para tomar.

Un suspiro escapada de mi al ver por detrás, su cintura, la espalda recta y marcada, el top deportivo es lo único que cubre sus senos.

- ¿Ya si quieres desayunar? - Digo, ella voltea a mirarme asustada con una mano en su pecho.

- Mierda, que susto - Empiezo a reír por su reacción - Sí, por favor -

- Cuida tu boca - Busco huevos y pan.

- Hasta donde sé, a usted le gusta que hable sucio - Mi cuerpo se tenso al escucharla.

- Pensé que ya dejarías ese tipo de comentarios, ¿No te ayudo correr? - Trato de concentrarme para preparar el huevo.

- Se supone... - Volteo a mirarla con curiosidad, atrapandola en el acto mirándome con descaro - Demonios, ¿No puede colocarse otra pijama? - Me miro de arriba a abajo, los shorts son demasiado cortos, apenas llegan donde comienzan mis muslos, además de que están muy pegados, mi camisa es de tirantes y claramente no llevo sostén.

Enamorada de una adolescente ♣️Moonsun♣️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora