28: Un niño vivo, un padre muerto

1 1 0
                                    

– Mierda – contesta Mau al verme

– Maurice, ¿e..eres tú? – me temblaban los labios y mis dientes chocaban unos con otros

– Sí, papá soy yo, ¿por qué, qué pasó?

– Hijo, llevas desaparecido más de 72 horas

– Lo sé, y ¿qué?

– ¿Cómo qué “y qué”? ¿Qué no te preocupas por tu mamá? – me arrodillo a su altura con la furia, pero más tristeza, sobre mis ojos

– Sí, si me importa, pero es que yo... – lo abrazo sin dejarlo dar su explicación

– Que bueno que estás bien – le susurro, y entonces me paro – Oye, ¿y por qué estás aquí?

– Sí, te explico si pasas

Pase a la casa de Kevin, me alegraba ver a Mau a salvó, pero a la vez tenía miedo por lo que le iba a pasar a Kevin, si la policía se enteraba que Mau estaba siendo cuidado por Kevin y él nunca aviso, esto se volvería una locura, y tomarían a Kevin como un secuestrador, exceptuando que Mau no quiera levantar cargos en su contra.

En vez de pensarlo tanto, me senté al lado de Mau en un sillón rojo, muy bonito.

– Sé, que te estarás preguntando porque estoy aquí, pero en especial aquí, pero quiero decirte que no me sentía seguro haya en New Jersey – Mau vio que estaba buscando a Kevin – tranquilo, Kevin salió, regresa en unos minutos

– Hijo, pero, ¿por qué escaparte así?

– Porque verás, cuando mamá y yo nos mudamos tras su... divorcio, me encontraba furioso porque, ustedes creen que porque soy joven no puedo opinar...

– Hijo, no, no es eso

– Entonces dime Nick

– No me llames Nick, soy tu papá

– Ah ¿en serio?, porque jamás recuerdo que me hayas pedido mi opinión, nunca en mi vida. Tú y mamá, piensan que porque soy el adolescente me tengo que divertir, cuando la verdad sufro detrás de sus peleas, o cuando me enteré que eras gay

– Hijo, eso no

– No si tiene que ver – me interrumpe como si ya se estuviera acostumbrando – porque dejaste que ese miedo, te separara de mamá, y de mí, y al mismo tiempo me separé de mi mamá, ya que ella sólo se la pasa llorando; mi mamá llora todas las noches, a la hora de la cena, y después deja de llorar, y ¿cómo crees qué me voy yo a dormir? Con emoción al día siguiente. ¡Carajo! No. Por eso me escape, porque tú y mamá siempre me trataron como un niño que vive en su mundo, y por eso vine aquí, porque aquí no me tratan como un bebé, o como un adolescente con problemas emocionales. No aquí me tratan como a una persona.

Me acuesto sobre el respaldo y dejo salir una lágrima, y en eso me acuerdo cuando era joven, cuando tenía 17 años, tímido, con anteojos, torpe, olvidado, marginado, nerd, y esas cosas; y en cambio, llegó Kevin a mi vida, él fue mi salvación, fue quien me sacó de ese pueblo olvidado, y fue el que me enseñó lo que era vivir. No puedo ahora romperle el sueño de vivir a mi hijo, él sólo quería ser libre, pero ¿a qué costo?, al preocupar a su madre, y alertarme a mí. No sé que decirle en este momento, si darle un consejo e irme de ahí sin decir nada, o, quedarme hasta que llegue Kevin y avisarle a la policía, para qué lo regresen con Jenny.

– ¿Y qué quieres tú, Maurice? – le pregunto y él me voltea a ver – Dime, ¿que quieres tú?

– Quiero tener una vida sin dolor, sin las estúpidas críticas que me hacen por no querer hacer algo, quiero ser un humano, aceptado como los demás

– Hijo, estás creciendo

– ¿Y eso qué?

– Que tienes que aprender a lidiar con los demás

– ¿Y eso te ha servido?

– No lo sé – miro al piso para buscar una buena respuesta en mi mente – Pero sé una cosa; que si tal vez sea gay, pero como tú dices, soy una persona, y como persona tengo que ser respetar a los demás para que me respeten a mí

– ¿Y qué te tengo que dar mi respeto? ¿Sólo por ser mi papá?

– No, simplemente por si quieres que yo te respete. Mau – me siento con mis manos entrelazadas y miro a Maurice – en este mundo, la gente ya tiene respeto por nadie, así que lo que te pido, es para convertirte en alguien único, porque eso es lo que necesita la gente ahora – paso mi mano a su hombro y se escucha la puerta principal

Entra Kevin a la puerta y se asombra al verme ahí, pero Mau le hace una seña de que todo está bien, y entonces me saluda seriamente y se sienta al frente de nosotros.

– Veo que ya sabes la verdad – dice Kevin viéndome fijamente como si quisiera matarme

– Sí, y gracias por todo Kevin – añado yo – justo nos íbamos ahorita

– Espérate que – dicen Kevin y Mau al unísono

– ¿Qué no te quieres ir? Llamaré a tu madre

– No, no – se niega Mau y voltea a ver a Kevin, y él le responde asintiendo lentamente – Estás bien, me voy

– Pensé que iba a ver más pelea – bromea Kevin

– Madura, ¿quieres? – le levanto una ceja a Kevin para romper su mirada dominante – Ve por tus cosas ándale

Mau se fue de un tiro y sólo nos quedamos Kevin y yo en la sala, viéndonos uno a otro. Ya no somos simples adolescentes con deseos de grandeza, ahora somos adultos que están apunto de discutir sobre un tema. El ambiente se puso silencioso, y tenso.

– ¿Por qué? – empiezo yo – ¿Por qué no avisaste?

– Mau no quería

– Pero no es lo que él quiere, es lo que tenías que hacer, lo correcto

– ¿Lo correcto? Escúchate Nick, acabas de oír a tu hijo, no tienes posesión sobre su vida

– Es mi hijo

– Sí, pero es un humano, él no te pertenece

– ¿Y qué? ¿Lo sabes por experiencia? – le digo y entonces guardamos una pequeña pausa

– Nick, ya no voy a pelear contigo – se levanta del sillón de enfrente – sólo esperaba a que Mau se fuera para poder irme de esta inmensa cuidad

Mau baja en seguida y nos acercamos a la puerta para despedirnos. Mau sube al auto mientras yo me despido de Kevin.

– Este es el adiós Nick – me dice

– Lo sé – le contesto yo – Adiós Kevin

Kevin no me da ninguna palabra y simplemente me enseña su mano como muestra de despedida. Sé que jamás volveré a ver a Kevin, y eso me duele en lo muy profundo de mi alma, pero Kevin me toma de la muñeca y me besa como si fuera la última vez. Nuestros labios bailan unos entre otros rápida y apasionadamente, pero al final, Kevin termina el “baile” de nuestros labios apartándome de él, y se despide y cierra la puerta de su casa lentamente.

Me duele en el corazón dejarlo, pero ya no había opción. Ojalá hubiera cambiado cuando lo tuve enfrente de mí por primera vez, pero ya es demasiado tarde, el año casi se acaba, y no tenía tiempo.
______________________________________

Al regresar a Nueva Jersey, Jenny grita de alivio y de tristeza al ver a Mau. Le iba a mentir de que encontré a Mau en un supermercado o algo así, la verdad no importa, ya no importa. Mau está a salvo, Jenny está feliz, y yo, se podría decir que vacío, pero en paz.

Nick y Kevin 2: Aquí Vamos Otra VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora