Nick y Kevin 2: Aquí Vamos Otra Vez

17: Una nueva persona

(Narra Jenny)

Ya 3 días en el pueblo y hasta ahora, no ha pasado nada malo con Kevin ni Maurice. Me despierto y miro mi habitación un poco, veo mi cama, la maleta abajo, con ropa afuera, un desastre. Me levanto y me meto a bañar, salgo me visto y tomo una blusa roja ligera. Salgo de la habitación ya arreglada, bajo a la recepción y salgo del hotel. Camino por el centro y me dirijo a la fascia de nuevo. Paso por las hermosas calles de la ciudad y entro al local.

Busco una pomada por una irritación, que me dió hoy en la mañana cuando salía de bañar, en el pie izquierdo.

Paso dos pasillos y encuentro las pomadas en el último pasillo de izquierda a derecha. Me detengo por un momento al ver las pomadas. Tomo una y me doy la vuelta y veo a un señor como de 40 años, con una camisa roja de cuadros, unos jeans sencillos, botas, y una chamarra café sin abrochar. Su cabello es castaño claro y tiene barba corta. Toma unas toalla sanitarias y se queda viéndolas un rato.

- ¿Las va a comprar o va seguir viendo? - digo bromeando

- No, no, cómo cree son para mi hija mayor - me mira nervioso, y noto que tiene unos ojos azules penetrantes

- Tranquilo amigo, yo entiendo - me sonríe, una sonrisa encantadora, y toma unos tampones de caja grande

- Creo que son estos

- ¿Cuántos años tiene tu hija? - le pregunto porque veo que el pobre no sabe elegir los correctos

- 15 - contesta él

- Ah, ya veo, pues estos - señalo los tampones - ya son para chicas un poco más avanzadas y cuando tienen a un "amigo" más pesado

- Ah, ya veo - dice el señor

- Mira, estos le quedarían mejor - tomo unos de caja azul y se los doy

- Gracias...

- Jenny - le digo

- Jenny. Soy Paul Tennyson

- Bueno Sr. Tennyson...

- No, sólo Paul - añade él

- Ok, Paul; ¿Qué te parecería si yo tomo los tampones de tu hija y tú tomas mi pomada?

- Y, ¿por qué?

- Bueno, al menos que quieras pagar tú los tampones y la señora de la caja te mire extraño

- Buen punto - dice él e intercambiamos objetos

Llegamos a la caja, Paul se acerca primero y yo detrás de él. Paul paga y sigo yo. Le entrego las toallas y me mira por un momento.

- Debe de estar haciendo ejercicio - agrega la señora y yo añado - Yo uso el triple de tamaño de estas - que incómodo

Pago y salimos de la farmacia. Los dos en shock.

- Bueno Jenny, no sé cómo te pagaré esto - dice Paul

- No hay cuidado - le digo y guardamos silencio un poco

- ¿Quieres caminar? - me dice y yo simplemente asiento

Caminamos por las calles del centro, hermosas, llenas de luces y locales abiertos. Joyerías, panaderías, zapaterías, una que otra tienda de autoservicio, tiendas de ropa, etc.

- Oye Paul, anteriormente mencionaste que tenías una hija mayor, ¿Acaso tienes más hijas? - se detiene al escuchar mi pregunta y mete su mano izquierda al bolsillo de su chamarra de cuero café y saca una foto

- Tengo tres hijas - me entrega la foto - la mayor, su nombre es Elizabeth - me señala en la foto a la primera de derecha a izquierda - Margaret, es la segunda, y Leslie, es la menor

En la foto se veían a las tres abrazadas, Elizabeth y Margaret agachadas a la altura de la menor, Leslie, las tres de castaño claro como su padre y ojos miel como lo pude notar. De piel clara las tres, y con unas sonrisas como la de su padre. Se ve en la foto que están en un jardín,ya que se ve la casa atrás. Todas visten de blusas claras y jeans, a excepción de Leslie, quién está en un vestido amarillo.

- Aw, ¿Cuántos años dices que tienen? - le pregunto

- Elizabeth, como ya sabes, tiene 15; Margaret 12; y Leslie 6.

- Están hermosas - y miro a una señora detrás de ellas - ¿Y quién es ella?

- Su madre - dice Paul con voz cortada

La señora es de cabello rubio y ojos color miel, ya veo de quién sacaron sus ojos, lleva una blusa azul hermosa, y unos pantalones negros.

- ¿Y en dónde se encuentra ella ahora? - pregunto y Paul toma la foto y toma aire

- Murió hace 4 años de un tumor cerebral - me contesta él y me congelo

- Ay, Paul, no tenía idea, siento mucho tu pérdida

- Sí, ha Sido duro criar a niñas solo, pero ahora Elizabeth me ayuda un poco en casa, y pues hemos salido adelante

Seguimos caminando y Paul guarda su foto. Y en ese momento Paul me pregunta algo que me deja en shock.

- ¿Tienes hijos? - justo en el momento en el que iba a decir que sí, mi mente responde otra cosa

- No, no tengo - estúpida

Seguimos caminando por el centro, entramos al kiosco y nos sentamos en uno de los lados de éste.

- ¿De dónde eres Jenny? - me pregunta

- De Nueva York, he vivido toda mi vida allí

- ¿En serio? - me pregunta y yo asiento - Bueno, yo soy de Québec

- ¿Canadá? - me asombro

- Sí - me contesta

- Ya veo, lo noté porque eres muy guapo - le digo sin pensar y el agranda los ojos

- Bueno, eso es un avance - se ríe un poco - ¿Y qué haces por aquí?

- La verdad vengo en busca de aventuras, o algo nuevo, porque estar 35 años en la misma ciudad te aburres

- Cierto - dice Paul - ¿Y en dónde te hospedas?

- Aquí, en el Haus Hotel

- Ah, si lo ubico - me sonríe y entonces regresa a mirar al atardecer - ¿Y cuánto te quedarás?

- 4 días más y regreso a mi hogar

- Bueno, pues debo ser rápido - me mira Paul - Oye, apenas nos conocemos... pero te parecería... acompañarme al club de aquí de la calle Miltown... ¿mañana?

- ¿Me estás invitando a salir?

- No, como una cita, no como crees, sólo como amigos

- Sí, me parece bien

Salimos de aquel kiosco, había un aire frío y agradable, del cual me cubrí y Paul me presta su chamarra y nos dirigimos al hotel. Caminos por la tarde fría y clara, pasamos calles y tiendas hasta llegar al hotel. Nos detenemos enfrente del edificio y le regreso a Paul su chamarra.

- Gracias por traerme - le digo con voz fría

- No hay problema, vivo cerca del centro, así que me voy caminando

- Sí - le sonrío discretamente pero aún así lo notó, y me regresa la sonrisa - bueno, hasta mañana Paul

- Adiós Jenny - nos despedimos y entro al hotel

Paso por la recepción con una sonrisa pintada en mi cara, hasta que subo a mi cuarto. Que agradable sujeto.