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Lo pensó una y otra vez. Una parte de él sentía que no era correcto hacer las cosas de esa forma, quizá solo debía volver, esperar a Jooheon y tener la charla que debían tener, pero otra parte suya le decía que quizá debía llegar al fondo de todo.

Tomó el celular de su novio y totalmente decepcionado abrió el chat de aquella persona que había enviado varios mensajes como: “¿Llegaste? ¿Estas bien? ¿Mi amor?”.  Claramente no tenía deseos de responder mensajes de ese tipo cuando sabía que no eran de Jooheon y mucho menos para él, sin embargo irónicamente no podía hablar con nadie más en aquel momento que con aquella persona desconocida que tenía todos los requisitos para ser su rival, aún así tomó suficiente valor y decidió escribir: “¿Qué pasa si no puedo ir...? Creo que hay algo que tengo que hacer. Lo siento.” Puso el celular en el tablero del auto con la intención de conducir de regreso a casa, pero antes de poner el auto en marcha, el celular le notificó un nuevo mensaje que avivó de nuevo su molestia: “Pensé que habías dicho que sí querías jugar... :( además me dijiste que tendrías este día libre solo para mí. No rompas tu promesa mi amor, prometo compensarlo por la noche...”

Pudo dejar las cosas ahí. Después de todo ya tenía suficiente evidencia para encarar a su novio, pero su enojo y el hecho de pensar en Jooheon pasando la noche con alguien más, lo hizo bajarse del auto e ingresar al restaurante. No preguntó nada más a la persona del chat porque sabía como era ese juego, así que cuando llegó a la persona encargada, sonrió con victoria y amargura.

— Vengo por la reservacion a nombre de Lee Jooheon. —soltó sin titubeos.

El hombre revisó un papel que tenía en su mano y sonrió al encontrar el nombre figurado entre los pocos que reservaban ahí.

— Bienvenido, señor Lee. —alabó haciendo una señal para que lo siguiera hasta una mesa bastante bien decorada, le ayudó a tomar asiento y cuando extendió el menú hacia él, no dudó en cumplir con su trabajo— ¿Hay algo que necesite mientras decide qué ordenar?

Changkyun miró el papel del menú con una exagerada lujosa decoración que admiraría de no ser porque su día estaba siendo increíblemente amargo, y después miró hacia el hombre con la brillante sonrisa que había fingido todo el día.

— Deme su mejor botella de champagne... —pidió— y la carta que me han dejado con usted.

El hombre se lo pensó, sabiendo que tenía orden de entregar la carta hasta que la comida fuera correctamente digustada, sin embargo no quiso contradecir a la persona que tenía delante y simplemente asintió.

Al poco tiempo, alguien más tomó la orden de su comida, le entregaron la botella que pidió y con ella, una bonita carta en una bandeja de plata, siguiendo a juego con el lujo de todo el lugar.

“Vales oro, eso y mucho más.

Espero que hayas disfrutado mucho la comida de uno de los mejores restaurantes de la ciudad.

Sé que sus bebidas también son buenas pero por favor mantente sobrio, necesito que vayas a otro lugar...

¿Recuerdas que mencioné lo de la noche?
Estoy muriendo de ganas por verte...

Dedica esta tarde para ti, que ya tendremos suficiente tiempo en la noche.

La próxima carta se te dará en un lugar especial donde se encargarán de consentirte a más no poder.

Ve a la plaza que está cerca de tu casa.
Un spa, una peluquería y una tienda de ropa están esperándote.

Psdt: Nadie tiene más ganas de verte que yo. Te amo, te amo, te amo...”

¿De eso hablaba Jooheon la semana pasada cuando dijo que probablemente tendría cosas que hacer el último día del año?

¿Por qué la situación se hacía
cada vez más dolorosa?

¿Por qué la situación se hacíacada vez más dolorosa?

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