11:45 PM

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Silencio.

No sabía que decir, que opinar o que hacer.
Todo se desmoronaba a su alrededor con aquellas palabras y ni siquiera podía llorar.

Su relación de tantos años estaba finalizando a pocos minutos de iniciar un año nuevo. Esa era una increíble forma de iniciar con el pie izquierdo.

Titubeó intentando decir algo, pero el nudo en su garganta era más fuerte que sus palabras y no pudo decir nada, al menos no hasta que escucho ruido proviniendo de una habitación que no supo distinguir debido a que toda la casa estaba a oscuras.

Tenía una lluvia de sentimientos encontrados por lo que estaba viviendo. Aún no terminaba de procesar lo que Jooheon acababa de decir, no quería terminar la situación y como si de una mala broma se tratase, había alguien más ahí, seguramente riéndose de lo que estaba ocurriendo.

— ¿Quien está aquí? —preguntó mientras sus pies comenzaron a moverse por sí solos en dirección al lugar donde escuchó el ruido, entonces miró que Jooheon lo siguió casi asustado— ¿A quién invitaste a tu vida para que se riera en mi cara?

Cuando Jooheon se puso al frente suyo, la rabia que tenía contra él salió a flote y avanzó sin importar que él estuviera delante, provocando un choque de hombros que fue doloroso para ambos.

— Changkyun, cálmate. —pidió Jooheon intentando detener su búsqueda a través de la casa en oscuras, pero sin obtener resultados reales— ¡Changkyun! —le habló con fuerza al llegar a una habitación en específico.

Aquello lo hubiera enojado aún más de no ser porque cuando lo dijo, el mayor lo envolvió en sus brazos con la suficiente fuerza como para inmovilizar su pequeño cuerpo.

— Suéltame. —ordenó forcejeando con él, dando toda su fuerza de voluntad por no ceder o por no romper en llanto— Jooheon, por lo que más quieras, suéltame ahora.

Intentó volver a forjecear, pero no había nada que pudiera hacer en contra de aquel agarre, que era más bien un abrazo fuerte que lo obligaba a sentir fuerte y claro el aroma de la persona que más amaba.

No pudo más y rompió en llanto.

Una parte de él quería soltarse, pero otra simplemente le pedía un poco más de aquel contacto íntimo en medio del silencio. Sin luces ni cartas de por medio, solo un abrazo entre ellos como siempre había sido, sin la certeza de poder repetirse después de esa ocasión.

Solo quería más de eso en año nuevo.
Y de ser posible, toda la vida.

¿Acaso ahí iba a terminar todo?

¿Acaso ahí iba a terminar todo?

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