3 PM

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Después de haber conducido de regreso a su lugar, se sentía abatido. La peor parte es que tenía tanta ansiedad y rabia que había acabado por comerse toda la comida que le sirvieron y odiaba comer tanto, quería seguir su dieta de diciembre y empezar el año nuevo con una buena figura que le gustara más a Jooheon pero... Ya no tenía caso, ¿no? Él parecía tener a alguien más.

Pudo pasar por su casa para asegurarse de que Jooheon ya estuviera ahí, pero aún no quería tener esa charla con él. Después de todo lo que había leído, se sentía menos preparado que antes, sabía que si lo veía rompería en llanto y no llegaría a nada, pero tampoco estaba listo para continuar con todo lo que aquella persona quería.

Mientras meditaba en sus pensamientos aún encerrado en el auto, el sonido de su celular lo interrumpió, pero cuando vio que era el número de su suegra decidió no contestar. Es decir... ¿Qué le diría? Seguramente llamó para preguntar por Jooheon y no tenía ánimos de hablar de él pero en cuanto la llamada volvió a repetirse por segunda vez se sintió un poco preocupado. No quería estar teniendo pensamientos malos acerca de su aún novio cuando quizá él podría tener algún problema.

— ¿Hola? —preguntó sin ánimos.

Hubo un corto silencio.

— Changkyun... —mencionó la voz de la persona que menos quería saber en ese momento— estoy en casa de mi madre, me di cuenta que olvidé mi teléfono en casa...

Un nudo se posó en su garganta al escucharlo. ¿Cuántas horas habían pasado desde que salió y recién se comunicaba llamandolo por su nombre?

— ¿Todo bien? —preguntó intentando ocultar sus ganas de llorar— te esperé para almorzar. —mintió.

— Ah si, eso... —escuchó duda de su parte— mi mamá me necesita para hacer unas cosas para recibir a la familia hoy. Olvidé llamarte.

Él suspiró.

— Pude haber ayudado... —susurró demasiado triste— solo tenías que decírmelo.

— No, no... —respondió automáticamente— yo puedo con esto. Creo que llegaré en la noche y tal vez salgamos por ahí.

Su corazón estaba rompiéndose cada vez más, pero no se lo dijo.

— Entonces te veo luego. —respondió incapaz de poder mantener su firmeza al hablar.

—Si, adiós. —respondió Jooheon antes de poner fin a la llamada.

En ese momento todo lo que quería era romper en llanto pero no podía, o más bien sentía que ya no quería hacerlo. Si Jooheon era capaz de ser de esa forma con él después de tanto que habían vivido juntos, le demostraría a Jooheon que mientras él se daba la vida buena con alguien más, se estaba perdiendo de un diamante.

Recogió ambos celulares, sus llaves y su enorme saco de orgullo y bajó del auto con toda la actitud de alguien que se valora.

“Amor mío... ¿Donde encuentro la próxima carta? Estoy impaciente por verte...” escribió mientras caminaba hacia el lugar que se le había indicado. A los pocos segundos recibió otro mensaje que decía: “Recibirás más de una, mi amor... Por favor disfruta de mi regalo de fin de año y sorprendeme... Ya te imagino brillando más que una estrella... ”

En cuanto llegó al primer lugar que era el spa, se le otorgó la primera carta después de mencionar que él era Lee Jooheon, claramente.

“Trabajas muy duro todo el tiempo y seguramente en casa no recibes la atención que mereces... Así que estoy feliz de consentirte con algo así, pero por favor no dejes que toquen demasiado de tu cuerpo.

Me perteneces y esta noche te lo demostraré, no lo olvides.

La próxima carta la dejaremos para luego.

Psdt: recuerda que eres mío, solo mío.”

Changkyun sonrió con ironía.
¿Suyo?
Por favor, él ya había marcado a Jooheon como suyo más de mil veces.

¿Quien se creía esa persona?

¿Quien se creía esa persona?

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