11:30 PM

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Sus miradas chocando en medio de la inminente oscuridad solo hacían que la situación fuera más difícil de lo que era, por eso fue Jooheon quien decidió cortar el contacto visual primero.

— Changkyun, ¿que haces aquí? —preguntó en un tono tan frío que el menor no pudo evitar sentirse peor.

Jooheon no se detuvo a esperar una respuesta, era un rechazo seguro y se lo demostró más claramente cuando se soltó de su agarre e ingresó a la casa continuando con todo, como si nada hubiera pasado. Pero Changkyun estaba cansado y antes de que su aún pareja cerrara la puerta en su cara, se interpuso y la abrió de un golpe, ingresando también a la casa esperando encontrarse con quien fuera que estuviera esperando a su pareja.

No se detuvo a pensar en las consecuencias, tampoco en su tristeza. Sólo quería una respuesta clara.

— Creo que sabes perfectamente por qué estoy aquí, deja de hacerme esa estúpida pregunta. —gruñó con la voz rasposa a causa del llanto— ¿Qué haces tú aquí? ¿Quieres decirme la verdad de una buena vez?

Jooheon suspiró poniendo la botella de champagne en una mesa de la casa que permanecía en casi total oscuridad, evitandolo simplemente por una pequeña lámpara encendida en el salón.

— Changkyun, si te digo la verdad... —susurró sin poder continuar.

El menor negó con decepción.

— Necesito respuestas. —exigió.

Jooheon cerró la puerta detrás suyo y finalmente se apoyó en ella, cruzando los brazos con bastante seriedad.

— No quiero iniciar un año nuevo viviendo en ese mini apartamento donde apenas tenemos espacio para un árbol. —soltó directamente— Eso no es lo que quiero para mí.

Changkyun frunció el ceño, aún adolorido.

— Hay luces, es acogedor... —argumentó— es el lugar que elegimos para vivir juntos.

— Tenemos más luces que espacio, admitelo. —gruñó.

Él seguía negando como si supiera que un inminente final se acercaba y Jooheon simplemente había sido cortés al empezar a mencionar las cosas menos relevantes primero.

— Dijiste que te gustaba... —susurró con la voz rota.

El mayor asintió sin mirarlo.

— También dije el año pasado que quería seguir siendo tu novio por muchos años más, pero... —guardó silencio cuando fue empujado por el menor.

— No lo digas. —soltó con toda la rabia que tenía acumulada.

Sin embargo, su aún novio lo miró a los ojos dándole a entender que nada de lo que dijera lo haría cambiar de opinión.

— No quiero iniciar un nuevo año siendo tu novio, Changkyun.

Y dolía.
Dolia horriblemente fuerte.

Dolia horriblemente fuerte

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