Paz

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Muchas personas creen que la felicidad siempre trae consigo algo malo, pero ahora Jimin tenía muy claro a qué se refería ese dicho, en ese momento tenía mucho sentido.

Para, por favor, papá.

Esas eran las únicas palabras que podía decir su hermano en ese momento, tendido en el piso con lágrimas saliendo de sus ojos mientras que su padre azotaba su espalda con su cinturón de cuero negro, lo único que pedía era un poco de piedad, un poco de paz.

—Vaya miren quien se apareció, se puede saber en qué lugar te encontrabas—. Dijo el mayor entre ellos.

—E-estava en el P-parque—. Su voz salía de manera entrecortada que cualquiera pensaría que está mintiendo, no lo hacía solo omitia con quien y que havia pasado en el parque.

— ¿Era tan importante esa salida al parque?—. espeta intumidante.

— S-solo di un paseo.

— A caso piensas que creeré en esa mentira barata, Ja—. Dice riéndose. —Se muy bien cuáles eran tus inteciones jimin, no te basta con ser un marica ahora quieres volver a tu hermano uno—. Dice el con rabia.

La escena era espelusnante para quien la viera, un chico con sus ojos rojos e hinchados por las lágrimas mientras que de su nariz y labios brotaba sangre, una mujer tendida en el piso probablemente inconsciente con ligeras lágrimas que aún caían lentamente por sus mejillas, un hombre tomando por él cabello a un chico y mirando fijamente de manera intimidante a otro mejor dicho a aquellas personas que llamaba hijos pero esa palabra en ningún momento le causó ningún tipo de sentimientos solo rabia, eso era, lo único que sentía era rabia por haber perdido aquello que llamaba amor por esto que se suponía ahora era su familia.

—P-papá solo era J-jungkook—. Musito el menor con temor.

—Me importa un carajo quien era, el problema aquí es que tengo dos hijos maricas, ese es problema.

Jimin se sentía abrumado sus piernas no se movían, como si estuviera adherido a la tierra, no sabía que rayos había pasado pero lo único que sabía que debía hacer era proteger a su hermano.

No tengas miedo Jimin

—¡PARÁ!—. Dijo fuerte. —No le hagas daño, hazlo conmigo, golpeame.

—Jm—. Dijo analizandolo de pies a cabeza.—Tus deseos serán ordenes—Dijo al mismo tiempo en que soltaba al menor para cumplir las órdenes de jimin.

Y aunque Jimin sabía muy bien que haber dicho esas palabras sólo sería una tortura para el no se arrepentía, prefería quitar un poco del sufrimiento de su hermano, a él también lo había decepcionado, aunque él nunca se lo dijera, sabía muy bien que ese día no solo hirió a su mejor amigo, sino también a su hermano, su llanto destrozado en las noches de lluvia lo delataba, así que por eso en este momento estaba soportando las lágrimas por cada golpe que su padre daba.

—Duk-hyung P-para—.Dijo la mujer en un susurro.

—Tengo que hacerlo, debo educarlos como hombres—.Dijo el sin ninguna pizca de remordimiento ni siquiera dolor havia en su mirada solo odio, odio de verdad, eso era lo único que havia en su mirada.

—P-para—.Volvió a intervenir la mujer.

El hombre paro, como si hubieran oprimido un interruptor para que su rabia cesará, no havia sido la voz de su esposa ni tampoco los gritos de su hijo, un recuerdo eso fue lo único que lo hizo parar, por más que no quisiera parar,supo que la persona que en este momento se encontraba en el piso murmurando pequeños quejidos de dolor, esa persona a la cual llamaba hijo pero la misma persona con la cual nunca sintió ese instinto paternal del que ha oído a hablar a muchos de sus compañeros, esa persona que sería la salvación de su empresa.

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