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Capítulo 3: Una flauta en la oscuridad

Pasado. 

Hace catorce años.

Los dedos de Lan Wangji se movían con delicadeza y elegancia sobre las cuerdas del guqin, la melodía que había escrito poniendo sus sentimientos en las notas, sonaron en las paredes de la habitación. En un concierto privado para un público en especial.

Su único publico, ese muchacho de gran sonrisa que iluminaba más que los rayos de sol reflejados en la ventana. Con ese largo cabello de color oscuro, que bailaba gracias a la brisa que entró por la ventana, acompañado de ese dulce aroma a flores de primavera.

—Lan Zhan... —La voz del chico era incluso la mejor melodía que pudo escuchar en ese cuarto. —Lan Zhan, es una canción muy bonita.

La risa que vino después de esos delgados labios, hicieron que el corazón de Lan Wangji latiera con fuerzas y que el rubor se apoderada de sus mejillas. Solo un chico como Wei Wuxian provocaría esas emociones en él.

—Lan Zhan, ¿cómo se llama?

Lan Wangji detuvo sus movimientos, dejando que fuera el aire y el sonido de sus respiraciones el único sonido entre ellos.

—Wangxian... La escribí para ti.

La sonrisa de Wei Wuxian quedó grabada en la mente de Lan Wangji ese día, siendo tan radiante como los días de primavera, lo más hermoso que pudiera ver y que hicieron su corazón saltar de su pecho.

—Wangxian... —Repitió las palabras de Lan Wangji en un tono melodioso y suave, desprendiendo esa alegría que su sonrisa mostró. —Es un nombre muy bonito.

Esa notas musicales que Lan Wangji había escrito con sus sentimientos e ingenio, pronto se volvió en una melodía que solo pudiera compartir con Wei Wuxian. Era suya, era su canción, el nombre era una señal de ello.

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Presente.

Después de eso, Mo Xuanyu se negó a seguir hablando, a dar más respuestas de las que ya había dado. Su madre tuvo que rogar lo mismo y pedir que ambos agentes salieran de la habitación para dejarlos tranquilos. No pudo hacer nada para negarse a cumplir con esa petición y dejar a madre e hijo solos.

Porque Wen Chao me dijo... Que su padre Wen Ruohan no lo permitiría.

Esas ultimas palabras se repitieron en la mente de Lan Wangji, provocando en él un sin fin de emociones, desde el dolor y la desesperación, hasta el enojo de saber lo que pudo haber pasado con su amigo todos esos años.

Fue cuestión de segundos para que la mente de Lan Wangji hiciera más idea y juntara las nuevas partes de su investigación, sin tener en clara ninguna de sus respuestas. Wen Ruohan el padre de Wen Chao, es un hombre muy poderoso y conocido en el mundo de los negocios y dentro de la sociedad, teniendo una larga línea de hoteles y casinos alrededor de China. Era uno de los hombres más ricos, invirtiendo su fortuna en nuevos negocios para multiplicarla, un alfa prestigiado en todo su resplandor.

Pero también hubo rumores acerca de los diferentes negocios de Wen Ruohan, entre ellos era la venta de drogas y armas, el trafico ilegal de omegas y extorsión. Hubieron teorías de que Wen Ruohan manejaba la temible mafia en el territorio de Qishan, teniendo ganancias en el bajo mundo. Sin tener las pruebas suficientes para poder arrestarlo y siendo un tema polémico en el departamento de policías. 

Mo Xuanyu había declarado haber visto a Wei Wuxian ese día, donde Wen Chao lo mantenía secuestrado. 

¿Qué hacía Wei Wuxian ahí? ¿Tenía una conexión con Wen Chao? ¿Con Wen Ruohan?