Primer libro de una bilogía.
En un mundo dividido por los seres de luz y los seres de la oscuridad.
Los secretos y el misticismo son una pieza clave.
La vida de Yui Komori siempre fue una tragedia, desde el momento de su nacimiento, la traumática e...
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Superstición es la creencia contraria a la razón, que atribuye una explicación mágica a la generación de los fenómenos, procesos y sus relaciones.
Aunque la mayoría de veces se trata siempre de creencias sin ningún tipo de prueba científica, aunque ella deseara negarlo, su mente estaba llena de superstición.
Las historias fantasiosas y poco creíbles que Yui le contaba, la hacían estremecerse por la emoción y su mente lo sabía, regalándole un poco de dopamina en medio de esos fantasiosos sueños.
Tal como cualquier joven de su edad, Bridgette Amelie, era adicta a esa sensación y a la idea de encontrar un mundo donde la lógica estuviera fuera de su alcance.
Esa ocasión Bridgette, soñó con memorias que no le pertenecían y ni siquiera creía como reales.
Sintiendo una enorme irritación y un ligero mareo, lentamente Bridgette, entreabrió sus ojos al sentir como una mano helada la sacudía con lentitud, pero se sentía agotada y los volvió a cerrar.
El constante zangoloteó de parte de la otra persona solo empeoraba sus ganas de vomitar, con dificultad trago su propia saliva.
Su boca ahora no tenía el sabor de su sangre, por lo que hasta cierto punto era una buena noticia, ahora el sabor amargo del medicamento golpeaba su paladar, asqueándola e incitándola a devolver todo lo que su estómago tenía dentro; con dificultad sus ojos trataron de enfocar el lugar donde estaba y la persona que estaba frente de ella, pero se encontraba llena de mezcolanza.
Por lo que con cierto desgane sus ojos se volvieron a cerrar, intentando caer de nuevo en los brazos de Morfeo, pero de nuevo, solo que, con más violencia, fue sacudida.
—¡Oye, niña, despierta!
Con desmesura sus ojos se volvieron a abrir, esta vez gracias a su agotamiento y los recientes sueños, le fue un poco difícil volver en sí y reaccionar a tiempo, por lo que en cuanto fue consciente de sí misma, solo pudo observar la oscuridad total y la sombra del hombre que le llamaba, o al menos eso le parecía a ella, ya que, la sombra era demasiada alta y los hombros eran anchos, más de lo que cualquier mujer del hospital los podrían tener, se dio cuenta al fin que la noche había caído por completo, por fin.
La penumbra de la sala oeste, suavemente le provocó un escalofrió y con desgane, sintiendo los nervios a la punta de la piel, por lo que lentamente llevo su mano derecha a su hombro contrario, adolorida y con un enorme malestar.
Bridgette con gran dificultad, logro enfocar al hombre frente de ella, gracias a la luz de la luna, a pesar de no poder verlo por completo, no pudo evitar verse sorprendida y sus ojos no tardaron en saltarse de su órbita, el hombre que la miraba con desinterés total e incluso cierto aburrimiento.
Tenía un par de ojos hermosos, quizás los más bellos que había visto en su corta y poco aventurera vida, no pudo evitar perderse en ese par de ojos color oro, aunque se percató que uno de sus ojos brillaba como si de un cristal pulido se tratara, aquella aura de misticismo y quizás por la desorientación que sufría, gracias a sus medicamentos hacían que viera a ese chico como un modelo, no, la palabra quedaba corta era muy... demasiado atractivo como para solo ser un modelo, un ángel... quizás.
