56. Justos por pecadores

45 4 0
                                    

Antes de leer, me gustaría que no fuerais lector@s fantasmas, quiero saber quien está leyendo y saber si os gusta. Podéis dejar vuestro voto para más apoyo y un comentario, que nunca viene mal. 

---------------------------------------------------------------

Harry caminaba de un lado para otro de la tienda, mientras yo estaba completamente estupefacta, tendida en el suelo de rodillas.

Mis manos estaban sobre mi boca y no podía evitar perder toda la alegría que por un minuto sentí.

—¡Maldita sea! ¡Maldita sea! - Gritaba Styles.

Cerré los ojos al darme cuenta de que todo esto estaba perdido.

El chico ofreció un puñetazo a la pared. Rápidamente me levanté y acudí a pararle.

—Robert tiene las coordenadas, Abbie. ¡Las tiene él! ¡Maldito hijo de puta!

La ira del chico de rizos me intimidaba.

—Pensemos en algo. ¿Quién nos dice que Ryan nos mintió? Parecía muy convincente. – Dije.

—No creo que nos mintiese, simplemente nos distrajo. Este plan fue por algo más. ¿Por qué nos iba a facilitar tanto esto?

—¿Y por qué puede ser que nos haya hecho perder el tiempo si aseguraba no querer verme morir?

Harry miraba al suelo, invadido en su mente.

—Hay dos coordenadas, Abbie.

—¿Y qué hay de malo en eso?

—Si pensamos, las armas están escondidas solo en un sitio. Solo hay unas coordenadas válidas, las otras no lo son.

—¿Y cómo podremos saberlo?

—No tenemos tiempo, Abbie. Tendríamos que ir a ambos sitios y en tan poco tiempo es imposible.

Cerré los ojos rendida. Sí. Debía y tenía que asumirlo.

Abbie Evans había perdido.

El chico continuaba mirando, parecía que también rendido.

—Salgamos de aquí, Abbie. – Exigió Harry.

Metí de mala gana los discos, menos el de las coordenadas, de nuevo en el cajón que Harry se había encargado de forzar mientras que el chico se encargaba de volver a conectar las cámaras.

Seguidamente, abandonamos el local acudiendo al coche y tardando un santiamén en montarnos en el vehículo.

Harry conducía en el silencio de la noche. No quería derrumbarme de nuevo pero mi cuerpo lo pedía a gritos.

Brad Steven estaría encantado simulando mi matanza, viendo sufrir a mis seres queridos. Viéndoles gritar por cómo estaba acabando con mi vida.

—¿Te ha dicho dónde están, Harry? – Pregunté, curiosa.

—A trescientos kilómetros de aquí. – Contestó, desarmado.

Fruncí el ceño e intenté estrujar todas mis neuronas en busca de ayuda. En busca de alguna idea que pudiese aún salvar mi vida, que ahora estaba en la recta final.

—¿Crees que Robert espera visita mañana a primera hora? – Pregunté.

—Espero que sí la tiene sea para volarle la cabeza.

—No te pongas agresivo, Harry. Creo que aún tenemos tiempo para solucionar esto.

—¿Qué pretendes?

WHISPERS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora