Cold Girl『Jungkook』pause

Capítulo 14.

—Tal vez lo haga. —Sonreí levemente.

—Con eso me basta. ¿Tienes hambre?

—No, no te preocupes.

—¿Cuánto tiempo mas planeas estar aquí? —Preguntó mirando el cielo. Ya había oscurecido.

—Sinceramente, no tengo ganas de volver.

—Vamos a mi casa, comes algo y te iré a dejar a la tuya, ¿te parece? —Ofreció.

Si me quedo aquí no haré nada más que pensar en lo que atormenta mi consciencia, en cambio si voy con éste chico, creo que era “Suga”, estaré distraída, además nadie sabrá.

—Vamos. —Accedí.

Íbamos caminando a su casa y me sentía cómoda con Suga, lo sentía como un hermano, y me intentaba hacer reír.

—Llegamos, ‘Sookie’. —Dijo Suga. Yo le fruncí el ceño. ¿Sookie? Parece nombre de perro.

—¿Qué es eso? —Dije algo molesta, no me gustó el apodo o lo que sea.

—Una casa. —Contestó extrañado.

—Hablo de como me llamaste.

—¡Ah..! Es tu apodo. Es lindo ¿no?

—No, es feo. —Dije sincera.

—A mí me gusta. —Sacó la lengua y entramos.

Su casa era muy bonita. Paredes rojas y blancas. Se veía amplia.

—¡Má, llegué! —Gritó Suga.

De una puerta apareció una señora de buena apariencia, era linda y sonreía.

—Oh cariño, te tardaste... ¿Hola? —Me miró a mi y a Suga, aún sonreía.

—Má, ella es Sookie. Mi cachorrito adoptado. —Me presentó.

Lo miré desaprobatoriamente.

—Me llamo Kim Hyun Sook. —Hice una reverencia.

—Oh linda, no hagas eso. —Me sonrió amable. —¿Tienen hambre? Ya tengo todo listo.

—Si má. ¿Kookie aún no llega?

—No, llamó diciendo que pasaría a ver a unos amigos. Que no lo esperemos para comer. —Contestó un poco decaída lo último.

La madre de Suga sirvió la comida. Sólo estaba en casa ella, así que comimos los tres.

—Wow, esto está delicioso. —Dije sorprendida y emocionada.

En casa nunca comemos algo hecho por nosotros porque sabe horrible, siempre pedimos comida a domicilio o papá nos saca a comer, pero, no es lo mismo.

—Gracias, cielo. Por cierto, eres muy bonita. —Sonrió.

Yo me avergoncé lo suficiente para que Suga se riera.

—Mamá siempre quiso una niña, es su sueño frustrado. —Comentó mientras reía.

—Chiquillo malcriado. —La madre rodó los ojos. —Es que aquí en casa sólo hay hombres y mis hijos nunca traen chicas, eres la primera en venir.

—¿De verdad? Yo me siento afortunada de conocerla. —Le sonreí.

—Awww, pero que adorable eres.

Pasamos la cena de una manera feliz, me sentía parte de una familia, estaba contenta. Mi corazón se sentía llenito.

Después me ofrecí a lavar los platos, pero ella se negó.

—Ya vuelvo, iré a ver a una vecina que está enferma. Querida por favor no te vayas hasta que vuelva ¿si? —Dijo la madre y salió por la puerta principal.

—Mi mamá te ama.

—No lo creo. —Reí. —Es muy simpática.

—Sí, es la mejor.

—Lo creo. —Sonreí.

—¿Qué quieres hacer?

—No lo sé, ¿qué propones?

—Jugar videojuegos. —Sonrió ampliamente.

Acepté, aunque no sabía jugar. Pero Suga me enseñó mientras se reía de mí.

—El estudiante superó al maestro. —Dije cuando gané. El juego era de pelea, era de un anime llamado Naruto Shippuden. Suga era Gaara y yo elegí a una tal Hinata.

—¡Eso es imposible! ¡Nadie me gana! Quiero revancha. —Exigió mientras me miraba sorprendido por haberle ganado.

Así pasamos mas combates en los que le ganaba hasta que fue al baño.

Me quedé allí sentada hasta que se escuchó la puerta.

—¡Llegué! —Gritó una voz masculina.

Yo me quedé estática, que vergüenza. Y Suga que no está aquí...

—¿Quién eres t..? —Escuché que decían a mi espalda hasta que frente a mi aparece él. —¿Hyun?