Nadie se hace frío por casualidad. Sino que atrás lleva sufrimiento. En este caso, Hyun Sook, traumas de su infancia cerraron su corazón, pero con la llegada de Jung Kook todo se vuelve aún más confuso respecto al pasado. Él sin saber toda la histor...
—¡Omo! lo siento —inmediatamente alejé a Jungkook todo lo que el largo de mis brazos permitieron.
Había una pareja en la puerta. ¡Que vergüenza!
—Lo sentimos nosotros —balbuceé lo mejor que pude, miré a Jungkook que tenía una mano en la cara, pero noté que sus orejas estaban rojas—, adiós.
Caminé a paso rápido fuera de la habitación, el corazón me dio otro salto, si hubiera sido papá y Nam, no quiero ni pensar que habría pasado. Esto no puede seguir así.
—¡Hyun! —Jungkook me alcanzó en segundos—, lo siento.
—No podemos hacer eso —susurré, no sé porque me da tanta vergüenza, ni siquiera puedo mirarlo fijamente.
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Los cortos segundos que crucé miradas con él vislumbré su desconcierto.
—¿Estoy yendo muy rápido?
—Si esas personas hubieran sido mi papá...
—Lo sé, por eso quiero hablar con él para que me dé su bendición.
El tomate vuelve a mi cara.
—Jungkook, mi papá tiene una escopeta y Nam tijeras podadoras —lo dije intentando sonar seria, pero la oración parecía graciosa. Eso le sacó una sonrisa.
—¿Debo tener miedo?
—No lo sé, esto será algo nuevo para ellos y no han actuado con madurez respecto a este tema.
—Lo único que puede asustarme ahora es no estar contigo.
Sentía que me salía vapor por las orejas, me volteé y comencé a caminar rápido.
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—¿Por qué me dices esas cosas? —dije al aire.
—Es lo que siento —respondió alcanzándome una vez más.
—Me da vergüenza —me sinceré.
Jungkook sonrió y acarició mi cabeza.
—Te lo diré muchas veces para que no lo olvides —tomó mi mano y seguimos caminando.
