Cold Girl『Jungkook』pause

Capítulo 36.

Nam me miraba atentamente, pero de pronto comenzó a reír mientras negaba con la cabeza. Obviamente no me había creído nada y no lo culpo, ni yo me hubiera creído esto hace algunas semanas, bueno eso quedó claro el mismo día que vi la fotografía en el cuarto de Jung Kook en la cual salíamos ambos. Lo que sin duda probaba lo que él me decía, pero yo aún así no le había creído.

Para darle más seriedad al asunto me mantuve seria mientras esperaba a que él parase de reír.

―¿Es broma, no? ―inquirió ahora dejándose de reír para tomar aire y comprobar que no malinterpretó todo.

―¿Parecería que haría una broma así?

―¡¿Queeé?! ―Nam abrió mucho los ojos, por poco y salta del asiento ―, pero ¿cómo? ¿él vivía en Daegu antes? ¿por qué no dijo nada en todo este tiempo? ¿él sabe que recordaste? ¿eran solo- ―no lo dejé terminar porque, por dios le estoy diciendo algo importante y ni siquiera me da tiempo de respirar.

―Nam, basta... Todos te están mirando ―susurré.

Nam los miró a todos y sonrió mientras se disculpaba. Las costumbres de aquí, todos somos tan considerados, bah.

―Hyun, enserio. Aún no puedo creerlo, es algo extraño.

―Lo sé, pero lo importante aquí es que esto es un secreto ―Nam parecía querer protestar así que agregué ―por ahora. Nadie más aparte de Tae y tú lo saben.

―¿Y Jung Kook? ―me miró profundamente —¿se lo dirás?

―Lo haré, pero no sé como. Hace años no lo veía y después de como lo he tratado..

―Hyun, él se alegrará, te lo puedo asegurar ―dijo serio para luego mirar hacia otro lado.

Reí, Nam debe seguir pensando cosas raras.

Nam iba a agregar algo cuando sonó su móvil. Él se tensó.

―Es tarde... ―susurró y contestó.

Era papá, lo sabía porque Nam respondía con su tono característico de hijo siendo regañado. Papá casi nunca nos llamaba por teléfono a menos que fuera importante lo que es sinónimo de regaño por alguna situación en particular.

―¿Está enojado? ―pregunté para estar segura.

―Preocupado porque no estás en la casa.. No sé como supo que yo te saqué ―comentó incrédulo.

―¿Será tal vez porque ambos no estábamos allí?

Rió.

―Cierto... Aunque a mí no me hará mucha gracia dentro de poco. Él me matará ―dijo paranoico.

―Tranquilo, yo lo arreglaré ―lo tranquilicé ―, por cierto con respecto a lo que hablábamos, recuerda que es un secreto.

―Claro. Y recuerda tú que cualquier cosa me dices. Yo te apoyaré ―sonrió pasando su brazo por mis hombros dándome un abrazo.

Después de discutir este tema me sentía mejor, con Nam sabiéndolo y dándome apoyo me sentía como si las cosas fueran a resultar mejor ahora. Tae me apoya también, pero no he podido verlo porque papá fue muy claro cuando dijo que yo debería estar sola para no correr riesgos de salud, ahora que lo pienso estoy 're-jodida', problemas de salud en la cabeza y el corazón, principales motores que nos mantienen vivos.

Llegamos a casa después de quince minutos de la llamada de papá. Él se encontraba sentado en el sofá viendo su móvil, seguramente iba a llamar de nuevo cuando nos vio, se levantó rápidamente y me miró fugazmente.