Jungkook aún seguía sin asimilar lo que había pasado, no podía creer que Min Yoongi, el hombre más superficial que había conocido en sus veintidós años de vida había admitido que estaba equivocado, era dulce.
Ahora se encontraba esperando a su amo en la planta baja de la mansión, hace treinta minutos tenían que estar camino a la casa de SeokJin, quién se suponía daría una fiesta para celebrar y anunciar su compromiso y por nada del mundo jungkook tenía planeado perderse la noche.
— Amo, baje rápido llegaremos tarde. —Vocifero pareciendo un niño a punto de hacer un infantil berrinche.
Yoongi solía ser muy impuntual, en casi todo, menos en lo que no le convenía serlo. Llegaba a ser un bastardo malnacido pero eso le pasa por aceptar contratos a cambio de sexo sin leer detenidamente para analizar mejor las cláusulas, pero en ese momento tenía una erección y estaba necesitado y Virgen, teniendo veintiún años sólo quería sentir una verga dentro suyo.
— ¡Yoongi! —exclamó y espero una respuesta, pero nada.
Desesperado e impaciente caminó entre quejas y bufidos hasta lograr ver la habitación de Yoongi. Una puerta oscura de madera de roble francés. Tocó con algo de furia, pero no hubo respuesta alguna.
Quiso abrir la puerta; puso una mano en la perilla pero se detuvo en secó al recordar las palabras que alguna vez su amo le había aclarado: «Mi habitación es uno de los lugares prohibidos de la casa. No entres a ella o habrán consecuencias». Sin más que pensar se llenó de valor y de un impulso de confianza abrió la puerta para ver a Yoongi descansado pacíficamente en su cama mientras pequeños y tiernos ronquidos salían de su boca.
No pudo evitar reír ante la acción de su amo, tratando de no hacer ruido para no despertarlo y ganarse un castigo. Se sentó a su lado y acarició su cabello rubio con cuidado.
— Iré sólo, usted sólo descanse. —susurro bajo— mi amado Yoongi.
Salió de la habitación de YoonGi calmadamente sin hacer ningún ruido para luego disponerse a salir de la casa y llamar un taxi para irse a la fiesta de compromiso de su padre y su futuro padrastro.
El chofer dejó al sumiso en la puerta de aquella casa que tanto extrañaba, las flores Rosas que decoraban el frente de está dándole ese toqué especial le causaban calidez al recordar a su padre plantandolas, este era un lugar lleno de momentos, lleno de risas, y hermosos recuerdos, era el primer lugar que había llamado hogar.
Tocó el timbre de la casa y espero que alguien saliera, y así fue, dos minutos después salió taehyung con su hermosa cabellera azul y lo recibió con un gran abrazó lleno de afecto y fuerza.
— ¡Jungkookie, te extrañe tanto!. —se podría decir que le estaba haciendo la llave del asfixia, gracias a la fuerza puesta en el abrazo.
— Yo también te extrañe taehyungie. —se separo de su abrazó mortal.
— Vamos, ¡estoy seguro de que papá se alegrará de verte!. —hizo su característica sonrisa cuadrada derritiendo a Jungkook por completo.
Sin decir más pasaron a adelante viendo como personas hablaban sobre temas que realmente no le importaban. Atravesaron la casa, y luego llegaron al jardín, donde estaba él, su padre, un hombre de cuarenta y seis años que seguía siendo el mismo sólo que ahora unas pocas canas salían de su cabellera clara. Una de las personas más importantes en sus vidas, el hombre que se había esforzado por criar dos niños desde la edad de siete y seis años de los hermanastros.
Sin más que pensar el castaño corrió hacía el hombre caucásico para abrazarlo fuertemente haciendo que un poco de su bebida caiga al suelo por el impacto de sus cuerpos.
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Sumiso : ꒰ yoonkook ꒱ ( editando | resubiendo )
FanfictionMin Yoongi, un hombre que había olvidado lo que realmente era amor, tratando de llenar ese vacío con sexo. Kim jungkook, un chico que llega a ser su sumiso y a experimentar las emociones más fuertes, vividas y devastadoras de su vida. Su único prop...