Min Yoongi, un hombre que había olvidado lo que realmente era amor, tratando de llenar ese vacío con sexo. Kim jungkook, un chico que llega a ser su sumiso y a experimentar las emociones más fuertes, vividas y devastadoras de su vida.
Su único prop...
— Si estoy bien —hablo con sarcasmo—, a pesar de que me golpeaste sólo por sentir celos de mi hermano —escupió con enojó.
— Jungkook, sabes que me perteneces, además te di una orden y si tu amo te da una orden: obedeces. —Acarició su mejilla suavemente y el menor trato de apartar su rostro.
— Lo sé y lo siento. —dijo entre dientes con cierto enojo en su voz.
— ¿Ves?, no era tan difícil seguir una orden. —habló en un tono gracioso.
— Si, amo. —su voz sonó débil. Debía admitir que le temía a Yoongi, y también que haría todo lo posible para ser el mejor sumiso y tratar de enamorar a su amo.— Si eso es todo, le pido que se retire, por favor.
— No vine para hablar u arreglar las cosas. —dijo serio— Ve a mi habitación de juegos en quince minutos, ni uno más, ni uno menos. —jiro sobre sus talones para irse— Sabes que odio esperar. —habló entre dientes antes de llegar a la puerta.
Salió de aquella habitación con pasos firmes, cerró la puerta dejando a Jungkook liberar un suspiro que tenia guardado desde que su amo entró aquella gran, fría y vacía habitación. Cada vez se sentía más vacía, al igual que él. Al igual que su vida.
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— ¡Uhg! jungkook, eres tan excitante. —gruño mientras rozaba su cuerpo violentamente con el de su contrario.
— Oh amo, por favor haga me suyo ya, no aguanto más —dijo mientras sostenía la gran erección que tenía.
— Abre las piernas, sumiso. —ordenó.
— Si amo —obedeció de inmediato, el mayor sacó un envase de lubricante y esparcio en la entrada de Jungkook, y también en su erecto miembro.
Entró en el menor de una sola estocada haciendo que este soltara un grito de dolor, eso solo formó una sádica sonrisa del rostro de Yoon Gi, no pasaron segundos antes de que el mayor empezará a embestir al menor lentamente.
Las embestidas eran cada vez más rápidas, haciendo que Jungkook gimiera con altitud y desesperación, el mayor hacía sus embestidas cada vez más profundas, tocando ese punto invisible. Cuando Jungkook soltó un gemido agudo Yoongi se percató de que encontró la próstata del menor.
Sus embestidas se hicieron más rápidas y violentas, haciendo que el menor sea un huracán de gemidos sin control. Dejó una de sus manos libres para tomar el miembro de Jungkook y empezar a acariciar su glande, y la otra estaba en la cintura del menor llevándolo de adelante hacía atrás para que su mayor lo embistiese con fuerza.
El menor dejó salir un último gemido al sentir como se corría encima de las sábanas, pero Yoon Gi seguía embistiéndolo fuertemente, no pasaron segundos cuando el castaño sintió un líquido tibio recorrer su interior, soltó un jadeo y se tumbó en la cama, seguido de su mayor.
