Mi cabeza estaba invadida de un sinfín de incógnitas - ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Cómo es que llegue aquí? ¿Qué ocurre? ¿Quién es ese anciano? - Mientras bajaba por aquella pendiente cerca de la cueva donde ''nací'', esta última pregunta me puso a pensar - Tal vez ese señor sepa algo de mí - aunque lo más probable era que ese anciano no supiese nada, no perdíanada en preguntarle.
Mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un burbujeante sonido proveniente de mi abdomen, al igual que la sensación que tuve en la cueva de hace unos minutos, logré identificar esta ligeramente dolorosa sensación en mi abdomen como... - ¡HAMBRE! - Dije en voz alta... Aunque llevaba poco tiempo de nacido (por decirlo de alguna forma), sabia exactamente como controlar esta sensación - Debo comer algo - dije en voz baja. Sentía que debía alimentarme rápido, era bastante curioso, como si no hubiese comido absolutamente nada en un muy largo tiempo.
Mi vista fue dirigida hacia unos hongos cerca de un pino, no sabia si eran venenosos o comestibles, pero sinceramente, con el hambre que traía, podría comerme hasta una roca. Al recoger aquel hongo de color rojo con motas naranjas decidí inmediatamente comerlo, no era ni muy delicioso ni muy asqueroso... en realidad no sabía a nada, pese al tamaño de este hongo, no pude evitar sentir más hambre, y era obvio... ¿Qué esperaba de un simple hongo? ¿Qué me hiciera crecer? JA... bueno seria.
Pronto mi atención fue atraída a un insecto, un escarabajo de un bello color azul rey, logre atraparlo, más por curiosidad que por hambre pues no se veía muy comestible que digamos, inmediatamente al atraparlo, la tableta Sheikah comenzó a vibrar, decidí sujetarla y ver la pantalla, curiosamente esta comenzó a desprender una pequeña luz de color azul fosforescente, más tarde que temprano pude darme cuenta que había escaneado al escarabajo, ya que tan pronto se desvaneció aquella luz, salió una breve descripción de ese animal, no me di cuenta en esos momentos pero al parecer... mi capacidad de leer era otro conocimiento instintivo ya integrado en mi memoria... o lo poco que tenía de ella.
- Escarabajo recio, así que así se llama - al acercarlo un poco más a la tableta note como este se transformó en unas brillantes ''partículas'' azules para luego entrar en la pantalla de la tableta, inmediatamente pude ver como apareció un inventario en la pantalla de la tableta, en él estaba aquel escarabajo y por lo visto también la opción de sacarlo, en esos momentos no lo pensé, pero era una función bastante útil ya que era más que obvio que no me cabria mucho en aquellas bolsas integradas en los cintos del pecho y cintura.
Sin más distracciones decidí enfocarme en bajar aquella pendiente y dirigirme hacia ese anciano que me observaba hace rato. La concentración no duro mucho, pues fue desviada cuando vi unas manzanas en un árbol, por lo que procedí a intentar tomarlas, sin embargo, decidí dejar aquellas manzanas cuando un agradable aroma despertó aún más mi gula, era otra manzana, la cual estaba cerca de la hoguera en la que descansaba ese anciano, sin pensarlo dos veces tomé la decisión recogerla.
- Que hambre - Pensaba mientras se me hacía agua a la boca
- ¡Oye, tu, Ladronzuelo! ¡Esa manzana asada es mía! - Exclamo el anciano - ¡Jo, jo, jo! Tranquilo, solo Bromeo, quédatela si quieres, se nota que estas hambriento. Ya verás... Las manzanas son mucho más deliciosas si te las comes asadas - dijo con un tono algo risueño - Hmm, que inusual, hace mucho tiempo que no recibo visitas.
- ¿Quién eres? - Contesté súbitamente
- ¿Que quien soy? Bah... te aseguro que los detalles de mi vida son de poca relevancia. Solo basta con decir que he llevado una vida solitaria en estas tierras durante muchos años - Dijo con un tono ligeramente decaído - A todo esto... ¿Quién eres y que haces aquí, joven? - Pregunto algo intrigado.
- ¿Dónde estoy? - Contesté intentando evadir la pregunta, ya que, ni siquiera yo sabía esa respuesta, mi memoria estaba casi en blanco.
- Acostumbras contestar preguntas con más preguntas eh... En fin chico, está claro que nuestro encuentro no es mera casualidad, así que te lo diré... Estás en la Meseta de los Albores, el lugar donde fueron construidos los primeros cimientos de Hyrule - Dijo para luego levantarse con su bastón y observar las ruinas de una edificación que se alcanzaba a apreciar a lo lejos - Aquel edificio que se ve a lo lejos solía ser un templo donde se oficiaban ceremonias importantes, o eso se dice. Ahora no es más que un montón de ruinas, al igual que el antiguo reino. Como puedes ver chico, este lugar ha quedado en el olvido, ahora no es más que la sombra de lo que alguna vez fue.
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Mis Sentimientos - The Legend of Zelda Breath of the Wild Fanfic
FantasíaTodos conocemos a Link, el caballero Hyliano más destacado de su clase, aquel que fue elegido por la espada que doblega la oscuridad para combatir a Ganon el cataclismo junto a la reencarnación de Hylia, la Princesa Zelda. Sin embargo, no es más que...