Poco pude dormir aquella noche, pues la falta de hiervas en el suelo le quitaban comodidad a
La superficie de la tierra.
Trás un sueño casi nulo, mi descanso se vió abatido por los cantares de unas pequeñas aves blancas. Apenas podía levantar me, pues la fatiga era tal que en un principio no podía mover mis piernas, ni siquiera era conciente de quién era o qué hacía. Pasaron unos minutos para que al fin mi voluntad dominara sobre la pereza, para sucesivamente ser reemplazado por la incomodidad al recordar el gran camino que faltaba por recorrer hasta Kakariko.Mientras preparaba mis cosas, no pude evitar oír las irritantes risas de los niños. Debo ser sincero, no me molestan sus risas, sin embrago, dadas las circunstancias, lo último que me gustaría escuchar serían sus agudas y ruidosas voces.
Vaya sorpresa me llevé, al darme cuenta que dichos niños estaban jugando con aquel salvaje canino, por alguna razón, su actitud con los gemelos era muy dócil, pero lo más desconcertante aún era que aparte de mí, ellos eran los únicos en el rancho que podían verlo, pues los trabajadores de dicho lugar observaban a los infantes jugar como si de un amigo imaginario se tratase.
Recordando mi objetivo principal, recogí mis cosas y emprendí nuevamente mi camino. Mientras pasaba al frente de la caja del rancho, pude ver como a uno de los viajeros del lugar le daban entrega de un animal marrón con zonas blancas adornadas de manchas también marrones, era un caballo, similar a los que habían cerca de la meseta, sin embargo este se veía más dócil. Pensé en pedir uno, ya que pude conseguir algunas Rupias con Terry. Decidí acercarme con la esperanza de que fueran suficientes.
-Buenos días mi bien aventurado viajero ¿Que puedo hacer por ti? - Dijo aquel empleado de bigote y cejas gruesas.
Gracias a este cálido recibimiento, tuve la seguridad suficiente para decirle lo que quería - Quiciera un Caballo, porfavor - Dije a secas para luego sacar todas las Rupias de mi alforja.
Ante tal acto, aquel hombre llamado Tasio no hizo más que verme con pena - Veo que es la primera vez que vienes ¿No? Dime... ¿Sabes cómo funcionan los Ranchos?
Al escuchar dicha pregunta, yo solo desvíe la mirada, intentando ocultar la vergüenza que corroía por mi interior.
-Vaya... Bien, en ese caso... te haré una breve explicación...
Tasio me explicó que si quería un caballo tendría que domarlo, esto podría ser complicado, pues atrapar un Caballo y ganarse su confianza no era tarea sencilla.
En eso me percaté como el gemelo de Tasio, Saaren, quien se hallaba cerca de la hoguera del rancho, intentaba llamar mi atención con unas cuantas señas de manos, a lo que correspondí, acercándome.
-Oye niño... Te diré una cosa... Los caballos no están muy acostumbrados a tratar con los Hylianos y la verdad... dudo que puedas atrapar alguno.
-¿Disculpa? - Exclamé.
-No me lo tomes a mal, niño, no lo digo en vano, se lo difícil que es atrapar a un caballo, pues estás viendo al segundo mejor adiestrador del torneo de doma de caballos - Yo simplemente me limité fruncir ligeramente el seño ante tales sandeces - ¿A que viene esa cara?
No me crees ¿Cierto?Mi contestación a Dicha pregunta solo fue una meneada de cabeza en señal de negación.
-¿Quieres apostar? - Dijo mientras acariciaba su bigote con soberbia
-¡Acepto!- Exclamé a secas.
-¡Bien! Que tal... ¿Un duelo de doma? Simplemente deberás traerme un caballo salvaje antes de que se acabe el tiempo. Si quieres puedes pedirles unos cuantos consejos a mis hijos Soret y Doret, ellos saben mucho de como domar caballos, aún así dudo que lo logres - dijo mientras se le escapaba algunas risas -. Mi mejor marca es de dos minutos, a ver si puedes superarla, jejeje.
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Mis Sentimientos - The Legend of Zelda Breath of the Wild Fanfic
FantasyTodos conocemos a Link, el caballero Hyliano más destacado de su clase, aquel que fue elegido por la espada que doblega la oscuridad para combatir a Ganon el cataclismo junto a la reencarnación de Hylia, la Princesa Zelda. Sin embargo, no es más que...