Capítulo 10: Un Frío Camino

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Después de cerrar los ojos y sumir me en un muy leve sueño, no pude evitar escuchar un fuerte estruendo, al levantarme, me pude percatar de que la choza del anciano había desaparecido, no solo eso, las nubes tenían una coloración rojo oscuro, a lo lejos, podía ver muchas de esas criaturas robóticas, similares a la que me atacó en las ruinas, disparaban rayos de energía a diestra y siniestra a todos lados, por alguna extraña razón, no podía mover mi cuerpo, de hecho... Este se movía solo, no tenía ningún control sobre él, pronto pude notar como dos individuos de cabello blanco y traje negro cargaban a un tercer individuo quien... pese a que estaba lejos, su físico y apariencia me resultaban bastante familiar, no pasó mucho tiempo para percatarme que... ¡era yo!

-Ese... Soy yo? ¿Quienes son ellos? ¿Que está ocurriendo? - Exclamaba atónito ante la situación.

Ver a esos individuos cargando a alguien idéntico a mí, el caos que me rodeaba y ver a lo lejos aquel castillo siendo cubierto por una bestia conformada por un maná maligno solo me generaba más dudas.
De pronto, pude apreciar como una luz se generaba sobre el castillo, dicha luz logró envolver con dificultad a esa monstruosa criatura de malicia para finalmente crear un segador destello dorado.
Por fin logré despertar, nuevamente estaba junto a la hoguera, todo no fue más que un sueño.

Me levanté y procedí a ponchsmar algunas manzanas, despues de todo... Aún quedaba trabajo por hacer.

-Vaya, al fin despiertas, chico - Dijo el anciano quien regresaba de recolectar leña. - Jo jo jo... Espero hayas logrado descansar lo suficientemente, pues aún te queda mucho trabajo por hacer

Yo solo me límite a asentir en señal de afirmación, para luego ver fijamente como el jugo de las manzanas brotaba de la corteza gracias al calor de la cacerola.

- En fin muchacho... Te agradezco por la carne y el pescado picante... Finalmente pude ir a la región nevada de la meseta sin ninguna necesidad de ponerme algo encima - El anciano suspiro para luego sacar algo de su saco - Ten, no digas que no cumplo con mis promesas, un trato es un trato - Dijo para darme entrega de la túnica forrada.
Era curioso, es como si el anciano supiera que desde un principio le etiquetara de mentiroso, aún así, no era tiempo para pensar en pequeñeces.

Al ponerme la, me sorprendí al darme cuenta que me quedaba a la perfección, cosa que no cuadraba pues la talla del anciano era evidentemente más grande, no solo eso, quedé desconcertado al sentir que no incrementaba mi temperatura tal y como lo hacían los platillos picantes.

-Espera... Esto... No sirve ¡Me mentiste! - Exclamé

-Jo jo jo... Tranquilo chico... No seas impaciente, no lo sabrás hasta que no la pruebes, esta tunica no te calienta, solo mantiene el calor de tu cuerpo a una temperatura estándar, te sugiero que la pruebes, y si no funciona, yo mismo te fabricare una.

Con algo de inquietud, terminé con mis frutas ponchadas y emprendí mi camino a la región nevada de la meseta, sin embargo...

-Oye chico... Espera un momento - Decía mientras sacaba otra cosa de su saco - Ten... Estoy seguro que esto te será muy útil - Decía mientras me daba entrega de una botella medio vacía con un líquido carmesí, un pantalón y unas botas - Encontré este pantalón en las ruinas del templo del tiempo, creo que necesitarás algo a parte de mi Túnica para protegerte del frío, además esa región está llena de monstruos, estoy seguro que esta poción vivaz te será útil, o... y una cosa más... La región a la que estás a punto de acceder tiene aguas muy frías... A menos que quieras pasar un mal rato, no te recomiendo nadar en ellas.

-Gracias - Dije a secas para luego guardar la poción y el pantalón en la alforja de mi tableta. - Ahora qué lo pienso, debí haber dicho algo más, pues un Gracias tan frío como ese no era la mejor forma de agradecer.
Sea como fuera, conseguir el último orbe era mi prioridad.

Después de teletransportarse y emprender un largo camino desde la torre, finalmente llegue a la zona nevada de la meseta, no sin antes usar la tableta para cambiarme de ropa.
El anciano tenía razón, pese a que su túnica no calentaba, lograba mantener mi temperatura de forma estable...

Mientras accedía a la región, no podía evitar quedar atónito, el Blanco tan puro y brillante de la nieve era muy hermoso, suave y tierno... Me invadía una extraña sensación de nostalgia, como si ya hubiese visto eso antes, apreciar esto duró poco una vez que recordé mi objetivo.

El Santuario se hallaba a un lado del Monte Hylia, relativamente cerca para ser honesto, sin embrago lo único que nos separaba era el Río del más allá, estuve a punto de tomar la imprudente desición de nadar hacia el otro lado, no me hubiese detenido de no ser por una helada e insoportable ventisca que desprendía dicho río, esto me recordó la advertencia del anciano... Si no quería morir, debía desistir a nadar en las heladas aguas color cuarzo del río y buscar otro camino.

Después de deshacerme de una gran cantidad de Chuchus gelidos, logré encontrar un puente deteriorado cerca de la cascada del río, pese a verse relativamente inestable, era la única forma de llegar al otro lado, usé algunos metales cercanos para cruzar de forma más segura.

Ver este frío páramo blanco me causaba una extraña sensación de nostalgia y tranquilidad, debía aprovechar el momento pues la tranquilidad no era algo que durase para siempre.

02/Jul/2020

Mis Sentimientos - The Legend of Zelda Breath of the Wild FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora