Capítulo 9: El Anciano y Yo

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Nuevamente, me sentía vacío, aunque estaba conciente, no podía sentir ni ver absolutamente nada, de nuevo había "muerto".
De repente, ví como aquella luz dorada comenzaba a nacer, su brillo me segaba aunque me invadía de una agradable sensación.
Pronto pude escuchar como se hacía presente esa bella voz.

-Link, Link, Link... - murmuraba con preocupación - ¡NO TE RINDAS!

Mi vista se iluminó hasta que pude despertar. Quedé desconcertado al darme cuenta que estaba en la cama del anciano.

-¿Qué hago aquí? ¿Fué un sueño? Porqué me duele todo el cuerpo? - Estas solo fueron algunas de las preguntas que daban vueltas por la cabeza.

Noté que tenía muchas vendas al rededor de mi cuerpo, no solo eso, también me percaté de una Cicatriz en el lado izquierdo de mi pecho, consistía en una extraña endidura con marcas eléctricas, sin embargo, la forma de esta cicatriz era muy antigua como para haber sido hecha por aquella bestia petrea contra la que fuí abatido. Prestando más atención, note la presencia de una botella medio vacía, con un extraño líquido carmesí, al lado estaba mi ropa, mis cintos, bolsas y la tableta.
Me levanté con un poco de dificultad y dolor, tomé me mis cosas y salí de la choza.

Tras salir de la choza, se podía apreciar al anciano, quien descansaba pacíficamente junto a la hoguera.

-Vaya que alivio... Por un momento pensé que no despertarías - Decía en tono de desasosiego.

-¿Que ocurrió?

-Bueno... Decidí ir al bosque de los espíritus por algunos recursos, sin embargo, mientras buscaba algunas hierbas de Hyrule, te encontré tendido en el suelo... Me preocupé al darme cuenta que estabas en territorio del Talus, pero... No había ningún Talus por la zona... Se puede saber que ocurrió?

- No sé... Lo único que recuerdo es que me atacó una bestia hecha de piedras, pero creo que a último momento logré vencerla. - Decía mientras me sentaba debido al cansancio.

- ¿Y se puede saber que hacías ahí? Creo haberte hablado a cerca de la imprudencia, muchacho.

Sentía como si me estuviese reñiendo, era como si realmente se preocupara por mí.

-¿Tienes hambre? Encontré varias cosas interesantes en el bosque. - Decía mientras sacaba algunas hierbas, hongos, chiles y carne de jabalí de su saco, al parecer se percató del animal que cacé por la zona.

Eso me recordó el platillo que debía hacer para el anciano, sin pensarlo dos veces; tome una Lubina de mi alforja y algunos chiles y carne del saco del anciano.

-¿Que haces, muchacho?

-Ya lo verá - decía mientras preparaba los ingredientes.

Piqué las semillas, deshuesé y corté el pescado, molí la carne,todo para finalmente cocinarlo todo junto en la misma cacerola.
El anciano solo se limitaba a observar.

-¡Oye chico... Ese aroma... Lo conozco...! - exclamaba mientras olía el intenso aroma de esa gran mezcla de ingredientes.

El platillo finalmente estaba listo.

-Eso es... Definitivamente ese es mi platillo, como pude olvidarlo... Claro, el último ingrediente era una Lubina de Hyrule! - Exclamaba con felicidad.

Como acto de cortesía, le compartí un poco de lo que había hecho, el anciano se le veía feliz y... Por alguna extraña razón eso me daba una sensación de satisfacción.
Ambos finalmente terminamos de comer, como era de esperarse comencé a sentir como mi temperatura corporal incrementaba, después de todo... Para eso era el platillo...

-¿No crees que las estrellas son lindas, muchacho? Sabes... En noches como estas, me gustaría poder pasar tiempo con mi hija - Decía mientras la voz se le comenzaba a decaer - Si... Debido a la situación actual de Hyrule tuve que venir hasta este lugar, aunque... Sabes... Tengo el presentimiento de que volveré a verla muy pronto... Si...

Oír todo eso me puso mucho a pensar, pues no sabía que tenía una hija, sobre todo, ¿Como volvería a verla si me dará la paravela, o Acaso... Acaso esas palabras tenían otro significado? Lo mejor para mí era no pensarlo demasiado...

-Oye muchacho... Quieres que te cuente un secreto? - Asentí la cabeza después de dichas palabras - Bien... Mi hija es alguien muy... Peculiar... Y si te soy sincero... Creo que te llevarías muy bien con ella ¡Jo jo jo jo jo!

En ese entonces no había entendido del todo bien esas palabras, Ahora que entiendo más las cosas de mi alrededor... Creo que lo dicho por el ansiano tenían un doble sentido, la verdad era muy gracioso.

-Por cierto... Cuando estaba tratando tus heridas... Me percaté que tenías una marca muy extraña en el pecho y la verdad, dudo que ese Talus te la haya provocado... ¿Puedo saber a que se debe esa marca? - Preguntó con curiosidad.

Yo solo me limité negar con la cabeza, pues... Ni siquiera yo sabía cómo obtuve dicha marca.

-Entiendo... Sabes... Veo que eres. Muy reservado... Jo jo... Me recuerdas mucho a un joven que conocí... Era el mejor amigo de mi hija... Era muy reservado, calmado, glotón pero sobre todo determinado, igual que tú, desgraciadamente... Él peleó en una guerra y para des ticha nuestra Perdió la vida.

Ahora tenía lógica, este señor no me ayudaba solo Porque sí... Seguramente era por esa sensación de nostalgia, al verme como el joven caido con el que tuvo un vínculo, seguramente le recordaba a él ¿Cierto...?

Comencé a sentirme muy cansado, Claro, después de todo, una feroz batalla como la que tuve y una cena así, cansan a cualquiera.
Sin darme cuenta poco a poco me iba recostando sobre el regazo del anciano mientras contemplaba las bellas y rojas luces de las llamas de la hoguera, el anciano solo se limitó a palmearme... Finalmente cuando menos lo pensé, caí en un cálido y oscuro sueño.

Jaja, El capítulo más "elaborado" que tengo hasta ahora... En fin... Creo que voy mejorando... Cierto? QnQ

14/Jun/2020

Mis Sentimientos - The Legend of Zelda Breath of the Wild FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora