La única cosa que controlo es el dolor en mi alma
(Gabrielle Aplin - Letting You Go)
Había un millón de cosas mal cuando Adora se levanto a la mañana siguiente. El golpeteo en su cabeza era como una advertencia persistente de que una bomba estaba a punto de estallar, o el hecho de que estaba segura de que alguien le había metido en la boca un montón de bolas de algodón, cuando estaba en su breve coma (en el que empezaba a desear estar todavía), o el hecho de que su cara y su pecho estuvieran en el suelo pero sus piernas estuvieran todavía en la cama de alguna manera. La advertencia que despertó todos sus sentidos, la cosa que estaba tan fuera de lugar y por la que su cerebro se puso en marcha para dejar de yacer como un cadáver en su propia baba, fue la brillante y ardiente luz de la mañana que se filtraba por su ventana.
La estúpida e invasiva entrada de luz solar no se detectó, no al principio. Nada se registró excepto el dolor que irradiaba por todas partes. Adora permaneció acostada por un rato mientras su cerebro entraba y salía del sueño R.E.M., luchando por mantenerse consciente. Sus párpados estaban llenos de grasa y moco, pero de alguna manera reunió la fuerza para abrirlos después de varios minutos de esto, sólo para encontrarse con el ardiente rayo de sol de su ventana, sus cortinas abiertas de par en par. Y vaya si la luz quemaba, como si el sol del mediodía tuviera una venganza personal contra ella.
¿Por qué están abiertas mis estúpidas cortinas? Ese fue el primer pensamiento coherente de Adora cuando el sol brillante se registró en su mente, sus ojos se cerraron al verlo. El siguiente pensamiento tenía el volumen de Sea Hawk con un megáfono conectado al sistema de sonido de última generación de Bow. ¿El sol ha salido? ¡OH NO! ¡ESTOY ATRASADA! ¡LLEGO MUY TARDE! ¡OH NO OH NO OH NO! ¡LEVÁNTATE! ¡LEVÁNTATE, ESTÚPIDO CUERPO!
Adora no había dormido hasta tan tarde desde que se había desgarrado el ligamento cruzado anterior y se había puesto a tomar un brebaje infernal de morfina y codeína, todo lo que quería hacer era dormir y nunca, jamás, despertar. Tenían que ser por lo menos después de las diez de la mañana, lo que la haría llegar alrededor de las cinco, tal vez seis horas tarde, si no más tarde. Glimmer iba a matarla. ¡VAMOS! ARRIBA! ¡ADORA!
Excepto que por cada vez que Adora se esforzaba por levantar la cabeza de la áspera alfombra, sus miembros adoloridos le fallaban y se estrellaba contra el suelo. Trató de mover sus piernas de la cama, supuso que debió haberse caído en algún momento de la noche, pero descubrió que su cuerpo se negó a levantarse de ahí. Estoy clavada aquí. ¡Oh noooooo! Esto significaba que tomar la ducha más rápida en la historia, vestirse y correr hacia la panadería antes de que sus compañeros de cuarto se dieran cuenta, iba a resultar mucho más difícil de lo que pensaba.
"¿Por qué todo duele tanto?" gimió, levantando la cara del suelo, "¡Ahhh, mi nariz, maldita sea!" Manos temblorosas volaron hacia su cara al descubrir que había abierto la boca. "Owwwww..." Fue como cuando estaba en secundaria, una de sus compañeras de softball le pegó en la cara con un bate y consecuentemente le rompió la nariz. Cuando Adora se presionó los dedos contra la piel, mordiéndose el labio para no gritar -porque no tenía suficiente energía para ello- decidió que no le dolía tanto como para habérsela roto, o eso esperaba Adora. Los servicios que Mystacor, Inc. ofrecía a sus empleados temporales eran insignificantes y ella dudaba seriamente de que pudiesen cubrir una vacuna contra la gripe en una farmacia y mucho menos un viaje a la sala de emergencias para arreglar su nariz rota. La buena noticia fue que sólo se sintió magullada, como la vez que tuvo una conmoción cerebral al tratar de sacar una de las tercas bandejas de galletas de Glimmer, del gabinete que se había negado a organizar la semana anterior. Fue divertido, explicarle a sus mejores amigos que no sólo se había magullado la nariz y varios otros huesos de la cara, sino que también sufrió una conmoción cerebral por el resto de las bandejas y tazones que salieron del gabinete, golpeando su cabeza.
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Upper West Side (Catradora Au)
Fanfiction"Hey, tal vez esto sea el destino". "Si esto es el destino, estamos bloqueadas en medio del trafico." Sin saber que le depara la vida, Catra pasa las noches conduciendo un coche que ni siquiera es suyo como conductora de Uber, una de las peores form...