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--¡Listo! --grito entusiasmado Shinichi, dejandose caer en el colchón que hasta hace poco había logrado acomodar correctamente en la recámara --por fin terminé de subir todas mis cosas... Ahora solo me falta desempacar.
Cuando Chikage le comento que la habitación la había intentado terminar antes de su llegada y que aún no estaba en excelentes condiciones, Shinichi solo esperaba que no fuera nada grave; pero al ver como solo a aquel lugar le falta pintura y un par de cortinas, pensó en lo muy perfeccionista que aun seguía siendo esa familia o lo muy desinteresado que él era en varios aspectos.
La habitación según el detective del este; era bastante amplia casi como su antigua habitación, tenía al igual que las demás habitaciones de esa casa un balcón que mostraba una gran vista al jardín trasero, el color de su cuarto era lo de menos ya que todas las paredes de esa casa eran de blanco por lo que el color no le molesto incluso le atraía.
Solo había una cosa que le molestaba o más bien le preocupaba, Kaito; en ese momento, ya eran las 23:45 y aún no llegaba o mostraba algún signo de existencia, para el ojiazul eso ya era bastante raro por no decir sospechoso, el que estuviera tan tarde fuera de casa y según Chikage, posiblemente con alguna compañía.
Cuando la ex-ladrona le dijo que Kaito por lo general no estaba en casa, el detective creyó que eso solo era en el transcurso del día o de la tarde, más nunca también casi toda la noche.
--¡Shinichi... baja a cenar! --grito Chikage desde el piso de abajo, mientras comenzaba a poner la mesa --¡Apúrate o si no se enfriará!
El hijo de los Kudo; despues de pensarlo un poco había pensado en no bajar a cenar, no tenía casi nada de hambre y con la preocupación que tenia sobre su amigo, sólo hacia que su estómago se revolviera aun más; pero al estar a punto de gritar que no bajaría, escucho como el sonido de la puerta principal se abría junto con un gritó bastante particular.
--¿¡Mamá!? --grito el ojivioleta, llendo directo hacia ella y notando como ella estaba como si nada preparando la comida --¿Qué haces aquí?
--hola hijo --Sonrió la madre, ignorando la pregunta del ojivioleta --veo que por fin vuelves ¿Qué tal tu espectáculo?
Kaito al estar a punto de decir cómo había salido su robo, escucho como alguien bajaba bastante apresurado de las escaleras, así que solo se limitó a guardar silencio y esperar a que la persona desconocida bajara y apareciera en el radar de visión del mago.
Al ver el ojivioleta al ojiazul; este solo quiso mirar aquellos ojos color azul por un breve tiempo, Kaito pensó que aquéllos ojos le parecían la puerta a un universo desconocido, que por alguna extraña razón lo atraía y que no podía dejar de ver, no sabía o conocía la razon del porque pensaba eso de una persona que para el era un completo desconocido y que además era hombre, pero aún así no le importaba como aquel extraño había captado toda su atención de un solo golpe, eso era lo que al parecer mas le fascinaba. Lo enloquecía.
Shinichi en cambio; al oír el nombre de su amigo salir de los labios de la ex-ladrona, sin siquiera pensarlo, bajo lo más rápido posible los escalones para por fin presentarse, aún si los nervios lo comían por dentro. Al bajar las escaleras, casi de manera automática dirigió su mirada al único muchacho que allí se encontraba y que sorpresivamente también lo observaba.
Para el detective volver a verlo fue como si uno de los deseos que había pedido inconmensurables de veces a una estrella por fin se hiciera realidad; según él, el cuerpo de su amigo se veía ahora más formido, como si practicará algún ejercicio pero aún así parecía como si no lo hiciera en exceso; su piel aún seguía siendo del mismo color que cuando eran niños, pero ahora se veía mucho más suave y tersa casi como la de un bebé; su cara no había cambiado en lo absoluto, solo habían aparecido uno que otro rasgo masculino, que hacían que la cara del mago ya no se pareciera tan infantil sino más madura y según él, hermosa.
--bien --exclamo Kaito, rompiendo aquel silencio confortable sin dejar de ver al adolescente y cada uno de sus movimientos que hacía --No sabía que además de tí, habría más visitas.
--oh, que bueno que ya has bajado --contesto Chikage, terminado de colocar la mesa para ver a aquel par --Shinichi aunque ya lo sabes, él es mi hijo Kaito... Kaito él es Kudo Shinichi es un detective muy conocido... Shinichi decidió cambiarse de escuela a la que tú asistes ahora, pero cómo le quedaba un poco lejos se quedará a vivir aquí.
Al oír eso el ojivioleta; pensó que la gran suerte que tanto le caracterizaba se la habían llevado bastante lejos de él, porque ¿Cómo era posible? ¿Cómo tan siquiera su madre lo permitió?... Un gran detective en la casa del ahora más buscado gran ladrón fantasma, mínimo hubiera querido estar al tanto de eso o haber participado mínimo en la decisión, antes que ser sorprendido así como si nada y sin tener ningún plan de por medio.
Claro que para Kaito, el nombre de Shinichi Kudo era conocido, es más, su cara le era imposible de olvidar... Gracias a él, siempre tenía que pensar en veinte formas diferentes de robar la misma joya y escapar sano y salvo, porque al parecer el ojiazul podía ver a través de cada uno de sus trucos a una velocidad que dejaba a Hakuba y a varios detectives más como unos simples detectives de segunda.
El joven detective después de haber vuelto a ser Shinichi y dejar de lado por fin la vida de Conan, decidió ayudar a la policía con el caso de kid... No asistía a todos sus robos, pero mínimo si uno al mes, ya que era lo único que aún no había logrado terminar de su otra vida y estaba dispuesto a atraparlo por mucho tiempo que tomará.
El ojivioleta al ver como este se acercaba sintió como por puro reflejo su cuerpo se tensaba y se preparaba para cualquier cosa que pudiera hacer o suceder, pero lo que hizo lo dejo confundido... En vez de saludarlo de mano o amenazarlo con su típica mirada tan siquiera, este lo abrazo como si ya se conocieran desde hace muchos años.
--Me alegro mucho de volver a verte Kaito --Solto Shinichi un poco sonrojado por la vergüenza, sin dejar a un lado aquel abrazo que solo confundía al ladrón --no has cambiado fisicamente nada.
Kaito en vez de corresponder el abrazo como esperaba el ojiazul, se mantuvo estático, no sabía cómo actuar, solo en su mente lograba circular una pregunta que hasta ahora le rondaba desde que lo habrían presentado... "¿Lo conocía?"
El detective del este; al sentir la falta de tacto que esperaba por parte del mago, corto el abrazo y levantó su mirada para ver sus ojos violaceos que se encontraban bastante incómodos y confundidos.
--¿Qué sucede Kaito? --pregunto nervioso, pensando en cualquier cosa que consiguiera ponerlo así de incómodo.
--disculpa, pero... Tú... --intentaba decir él ojivioleta, pero se sentía bastante incómodo por la familiaridad con la que le hablaba su mejor rival, además de no saber cómo habia conocido al detective en su forma civil --yo... ¿Nos conocemos?
Eso para Shinichi; fue como si le tirarán un balde de agua helada y este le mojara todo el cuerpo sin excepcion alguna. Para el era casi una dicha, un milagro, estar ahí y volverlo a ver después de tantos años, pero para Kaito solo fue conocer a una nueva persona que le había prometido nunca olvidarlo.
Pero no todas las promesas se pueden cumplir ¿O si?
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Hola chicos
¿Cómo están?
¿Listos para el regreso a clases?
Yo regreso hasta el 2 de febrero
En fin; ¿Que les pareció el capítulo?
¿Cómo les ha ido en el año?
A mí pues más o menos.
¿Que creen que suceda el siguiente capítulo?
Solo yo lo se... Jajaja ok no
Mejor me callo.
En fin...
Que tengan un bonito día, noche, tarde, madrugada, crepúsculo, atardecer, etc
Bye...
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Nuestra Melodía
RandomLo que había empezado como un castigo para un pequeño detective de siete años, paso a convertirse en el principio de los mejores momentos que en toda su vida haya vivido... Dicen que la gente no puede olvidar nunca, una melodía que tanto a apreciado...