Revelaciones
Luego del dolor de los vidrios en mi piel y el golpe contra las rocas, todo fue borroso, el agua era apenas el último recuerdo que poseía, llenándome el cuerpo. Estaba sobre mi piel y mis pulmones, a lo que creí que estaba muriendo, pero al no saber cómo se siente la muerte no estaba del todo segura, pero si había sentido el brutal cambio de la humedad al calor, gracias a unos brazos que me sostenían. Eran delicados, suaves y provenientes de una voz, que repetía una y otra vez, "Quédate conmigo. Todo estará bien", probablemente esa era la señal en la que abandonas tu cuerpo dejando todo como un recuerdo residente muy en lo profundo de tu mente, pasando a la eternidad que, para mí, era ese sueño.
Así es, solo pude pensar que había estado contemplado mi eternidad, pues las imágenes que se cruzaban en mi mente en ese sueño, eran desconocidas. Podía verme a mí misma un poco más mayor, feliz y podría decirse que, realizada. Siendo una reina completa con una enorme corona sobre mi cabeza, sentada en un jardín con rosas y manzanas, dónde nada perturbaba mi alegría, a excepción de unos labios rojos besándome con ternura las mejillas, mientras colocaba sus manos sobre mis hombros, y susurraba dulcemente a mi oído "Te amo, mi reina". Unas imágenes extrañas, pero que me causaban satisfacción el tan solo verlas, pues esa no era yo, yo había muerto en un agujero oscuro por los golpes y el lodo, pero quizás una mujer diferente, con una vida diferente podría llegar a ser así de feliz.
En muchas ocasiones se repitió ese sueño a un punto en que creí, que probablemente mi castigo era ver cómo otros eran felices mientras yo estaba en pena o al menos así fue hasta que finalmente sentí un leve rayo de luz en mi rostro, tibio y delicado como una caricia. "No, nuevamente" pensé, solo deseo descansar, estoy cansada, terriblemente agotada y la muerte no me trajo la calma que esperaba, pero eso no le importó al molesto sol, que, obligándome a abrir los ojos, (bueno al menos uno de ellos dado a que el otro probablemente hinchado no obedecía mi orden), para contemplar que no había muerto realmente. Solo estuve todo ese tiempo ausente, ida por completo en una fantasía en la que hubiera preferido quedarme en lugar de enfrentar todo ese dolor. Estaba sola de nuevo, perdida y herida.
Por otro lado, hubiera creído que una carreta pasó sobre mí, pues las heridas impedían que moviera de mi cuerpo más de lo necesario, aunque la realidad era peor, lo único que había pasado sobre mí era mi infortunio y ahora podía recordarlo todo plenamente.
Me tomé entonces un momento para observar mi entorno, acostumbrando mi ojo a la luz, estaba en una alcoba hermosa, con altos muros blancos y divanes tallados con gracia, las sábanas eran de seda maravillosa, al igual que las cortinas. Era como descansar en una nube, una nube real que ya no olía a jazmín barato, sino que el olor era por completo de rosas, lo que señalaba que inequívocamente estaba lejos de la casa de Burlesque, pero, la mayor seguridad de eso vino cuando miré a mi lado y vi un vaso de agua que me esperaba sobre una mesa dispuesta al lado de la cama a una distancia que solo necesitaba de un leve movimiento para alcanzarla. Un acto delicado que solo tiene alguien como consideración a un ser muy querido, uno que estuvo mucho tiempo perdido, pero finalmente regresó a casa. Lo bebí casi al instante.
"Me encuentro en casa" pensé al terminar con el agua. Después de toda esa pesadilla, estaba en el reino de mis padres finalmente. De vuelta a mi lugar, como princesa y como amada, en una habitación diferente a la mía, pues ¿Quién más me daría esas atenciones en un castillo? Así que traté de levantarme, necesitaba ver a mis padres, abrazarlos y darle las gracias por haberme salvado, pero estaba tan terriblemente adolorida, que deje salir una queja, posiblemente una muy sonora, pues alertó al guardia que estaba en la puerta, quien torpemente camino con fuerza marcando su entrada, posiblemente listo para ayudarme. Solo que, al verlo entrar un dolor intenso me recorrió nuevamente. ¡Ese no era un guardia blanco! Su capa negra, con el enorme escudo plateado en el pecho solo podía pertenecer a una persona.
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Las Dos Reinas
FanfictionLa prominente princesa Emma Swan, ha caído del pedestal de la corte real de sus padres, a una casa de Burlesque. Vendida y pronto subastada al mejor postor, el futuro de la princesa la llevara a conocer a la Reina Malvada, su descorazonada enemiga...