Capítulo XI

1.3K 139 2
                                    

Llegar a ser Reina


Dejándome llevar por la belleza del momento comencé a besar sus heridas. Cada beso lento y comprometido hizo que mi interior se agitara, tenía tantos sentimientos encontrados, no podría decir que la amaba, pero hasta ahora, como ella solo me había demostrado amabilidad y cariño y mis padres desprecio, toda la combinación provocaba que ese sentimiento original de odio se convirtiera poco a poco en tierno afecto. Es más, en algún punto, me encontré besando apasionadamente su cuello provocando que Regina despertará con una sonrisa amplia. Se dio la vuelta entonces para abrazarme asaltando mis labios nuevamente, parecía simplemente que no podía estar satisfecha de mí. También, fue la primera vez que la vi sonreír por completo satisfecha.

-Buenos días majestad. - la saludé en broma. -Luce particularmente de buen ánimo esta mañana.

-Buenos días alteza. - respondió ella acariciando mi cabello. – Es debido a una grata visita nocturna, ¿Desea desayunar?

Asentí ligeramente mientras ella me ayudaba a ponerme de pie, solo qué, el estar desnudas una frente a la otra hizo que me sonrojara ligeramente, no lo había notado, pero era la primera vez que me encontraba frente a alguien de esa forma sintiéndome realmente bien, segura y protegida. Regina entonces solo movió sus manos e inmediatamente un hermoso conjunto de pantalones oscuros y túnica roja cubrieron mi cuerpo, mientras ella adoptaba una apariencia de tirana, un vestido largo con el pecho acentuado en color negro y rojo, y un peinado alto con maquillaje salvaje, que daba la apariencia de ser una completa reina dominadora. No recordaba haberla visto vestida así desde que entró por primera vez al reino blanco con todo el ejército a sus espaldas. Lo que me hizo suponer que ese día debía atender algún asunto del reino que requería el aspecto firme de una tiranía.

Por mi parte, como había tenido suficiente de esos asuntos, no le di mayor importancia a su apariencia, solo la seguí hasta el comedor principal, donde Sir Erick y algunas mujeres ya habían iniciado con el desayuno. El caballero al vernos llegar, se levantó para saludar apartando después una silla para mí mientras decía, "Bienvenida alteza, la extrañamos mucho" y otra para la reina. Al sentarnos las cocineras aparecieron rápidamente con varios platos más, bromeando que no recordaban cuándo había sido la última vez que Regina había tomado asiento en ese lugar, a lo que ella respondió con otra broma sobre no poder comer por las preocupaciones que le daban los chistes de Julia.

Admito que era sorprendente ver a todos sentados a la mesa, bebiendo y comiendo sin ninguna molestia, aunque la reina estuviera allí. Pero ver a Regina con su plato vacío, lleno de nuevo mi corazón de tristeza. No podría pensar en cosa más desgarradora que no poder probar bocado sin sentir que su boca estaba llena de cenizas. Ella, aun así, solo se sirvió una copa de vino y la bebió con tranquilidad, una costumbre más que otra cosa, dado que tampoco la sentía. Simplemente lo hacía para sentirse normal entre la gente. Yo por mi parte sentí que se me apartaba el apetito, pero guiada por el afán de ir siempre más allá, acerqué una uva a los labios de la reina, que ella comió solo por la cortesía de responder a mi acto, desprendiendo después su sonrisa que era tan abrumadora que no entendía cómo podía trasmitir tanto después de todo ese sufrimiento.

Al concluir ese desayuno, todos retornaron poco a poco a las actividades que les correspondían, incluso Sir Erick que alertó a Regina de la visita del emisario con noticias nuevas que llegaría pronto. Ella sólo afirmó que deseaba hacerlo esperar, haciendo que el soldado riera antes de retirarse con su típica reverencia. Por otro lado, cuando finalmente estuvimos a solas, tomé su mano ligeramente con la mía, necesitaba advertirle de lo que planeaba mi madre, ella debía protegerse y a su gente, además yo no podía olvidar la verdadera razón por la que había retornado hasta allí.

Las Dos ReinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora