Capítulo 4. El inicio

29 0 0
                                    

Jueves, y como ya lo tenía previsto, por supuesto que Uriel no logró hacer nada para que yo pudiese ir mañana. Sentía una batalla entre mis ojos queriendo cerrarse y la última clase del día, dios, estaba muriendo de sueño y la profesora seguía hablando, ya solo faltaban cinco minutos más. Isa me movía de manera discreta para que realmente no me cayera sobre la banca en un profundo sueño. Afortunadamente sobreviví a ello.

—Recuerden que el trabajo en triadas se entrega de hoy en ocho, nos vemos la siguiente clase, cualquier duda pueden buscarme en mi oficina.

Todos comenzaron a levantarse y salir rápidamente del salón, mis amigos y yo incluidos entre ellos.

—Estaba que me moría, ¿Por qué habla tanto? Esa mujer necesita alguien que la escuche en casa.

La única reacción de Isa y Uriel fue comenzar a reírse.

—Amiga, siempre te quedas dormida —me dijo Isa tapando su boca para aguantar la risa—. Sin importar que maestro sea.
—No me quedo dormida, me da mucho sueño, si no me duermo es porque no puedo —me reí ligeramente—. Pero bueno, vamos a casa, realmente quiero llegar y dormir un poco.
—Lo bueno es que no hay tarea para mañana —dijo Uriel entusiasmado.
—¡OMG, es verdad! Vamos a cenar alitas más tarde —grito Isa con emoción.
—¿A qué hora? Para acomodar bien mis horarios, tengo que ir al gimnasio.
—Ay nena, no vayas, como quiera ya estas super buena —dijo Uriel tirando de mi brazo—. Anda, vamos.
—Si voy —me reí—. Solo díganme a qué hora.
—A las ocho, ¿les parece? —cuestiono Isa.
—Vale —respondimos Uriel y yo al unísono.

Juntos nos dirigimos al baño antes de ir a tomar el autobús a casa, una vez en este, Isa comenzó a contarnos como habían ido las cosas con el chico que le gustaba, al parecer finalmente habían estado hablando y pronto saldrían, lo cual me alegraba mucho, que al menos uno de los tres tuviera algo así. Es decir, a Uriel jamás le falta algún chico para divertirse un rato, pero nunca concreta nada serio con alguno de ellos; y yo, bueno, estudiar y trabajar me consumían todo el tiempo.

Cuando llegué a casa, literalmente subí a mi cuarto, me tiré sobre mi cama y no tardé en quedarme dormida por aproximadamente dos horas. Al despertar, el reloj marcaba las cinco con diez de la tarde y me sentía tan bien después de haber descansado un poco. Rápidamente me cambie de ropa para ir al gimnasio, esperaba a aguantar con lo que había comido en la escuela, que había sido alrededor de la una, por lo que aún no tenía hambre; sin embargo, en el camino me fui comiendo melón picado que tenía en el refrigerador, creo que con eso estaría bien por el momento.

Iban a ser las siete cuando llegue a casa para bañarme rápidamente, mientras lo hacía planifique en mi cabeza un outfit rápido pero estilizado, al salir inmediatamente comencé a cambiarme y arreglarme, fue en el transcurso que decidí pedir un Uber, así mientras llegaba yo ya estaría lista. A las siete cuarenta que logré terminar, tomé todas mis cosas y salí de casa, efectivamente el Uber ya se encontraba ahí. Al subir solté un largo suspiro, vaya, el tiempo apenas me había alcanzado. Pero me alegraba salir con mis amigos, pues sabía que mañana ya tenía que ir a trabajar y la pura idea hacía que la cabeza me explotara.

"Ya no tardo en llegar." —textee al grupo que tenía en WhatsApp con Isa y Uriel.
"Yo acabo de llegar, pediré la mesa en terraza, para que lleguen aquí zorritas." —respondió Uriel.

Me reí discretamente y guardé el celular, el chico del Uber me venía contando sus experiencias con gente ebria cuando trabajaba de madrugada, yo simplemente reía y daba mi opinión en ocasiones. Después de cinco minutos, llegamos.

—Muchas gracias, que tenga buen día —le dije al conductor después de pagar.

Baje del auto, cuando entre al restaurante y la hostess me dirigió hacia la terraza, ya los dos se encontraban ahí. No pude evitar emocionarme y correr hacia ellos a saludarlos, me encantaba salir con mis amigos porque me hacía olvidarme un poco de la escuela y el trabajo por un momento.

Bonita mentira. (Mariana Soriano)Where stories live. Discover now