Bonita mentira. (Mariana Soriano)

Capítulo 6. La propuesta

Él.

La idea había surgió tan repentinamente que realmente no la estaba tomando en serio, pero las miles de preguntas de mi madre ya se habían comenzado a hacer presentes, y aunque podía responderle que sencillamente mis palabras habían sido mentira, pude notar que sí dejó un poco de lado el tema de Sophia cuestionándome como era la chica, que de donde venia, si era de buena familia y todo eso en lo que ella se centra para que le agrade.

El punto aquí era que yo quería lograr algo diferente a que simplemente mi mamá se olvidara de Sophia y me dejara de presionar sobre ella. Quería que ella entendiera que en lo que se estaba basando no lo era todo y bueno... si darle una pequeña lección.

Había pensado en esa chica porque sencillamente había llamado mi atención de alguna extraña manera, parecía tener tanta confianza e irradiar energía que sentía podría encajar bien en mi plan. Ella estaba totalmente alejada de los que me rodeaban y eso hacia las cosas aún mejores, lucia tan diferente, en una increíble manera. Iba a captar la atención de todos y de eso no me quedaba una duda.

Apenas le pregunte la hora en que salía, pude percibir su mirada de total confusión, lo que pintaba que cuando le comentara lo que planeaba, podía recibir un completo No.

—No te prometo nada —me respondió sin titubear cuando le pedí que considerara lo que le preguntaría.
—Okay, entiendo —asentí—. Es entendible, soy apenas un conocido para ti.

No encontraba las palabras correctas para decirlo sin que sonara extraño, así que simplemente opte por soltarlo como me saliera.

Cuando volví a fijar mis ojos en ella, su mirada me penetraba esperando a que yo hablara, esta chica tenía más confianza que alguna otra que hubiese conocido.

—Seré breve... —asintió ligeramente, pero no dijo nada—. Quiero proponerte algo.
—¿De qué se trata? —frunció el ceño, como supuse, confundida.
—Quiero que te hagas pasar como mi novia por un tiempo.

Rápidamente sus ojos se abrieron completamente, no podía adivinar exactamente su expresión, entre sorpresa y como si quisiera reírse.

—No estés bromeando, ¿Qué es lo que realmente quieres? —respondió con una pequeña carcajada.
—No es una broma, te lo puedo jurar.
—Mira, se nota que alguien como tú no requiere estar contratando novias falsas, te aseguro que si vas con cualquier otra chica y le pides que lo sea, te dirá que sí.
—No es el punto...
—No entiendo —encogió sus hombros—. Solo te digo que no me gusta que me quieran ver la cara...

Se detuvo cuando un auto aparco frente a nosotros, ella lo miro para volver su vista a mí.

—No, lo siento, debo irme a casa ya. Suerte con tu nueva novia.
—No, oye...

Mis palabras se desvanecieron en el aire cuando ella corrió hacia el auto, para subir y después irse. Cuando éste despareció de mi vista, permanecí de pie cuestionándome las maneras en que podía llegar a ella de nuevo que no fuera su trabajo, no quería hacerla sentir acorralada o presionada; pero ya había dado marcha a la idea y tenía que intentar lograrla.

Camino de vuelta a casa, no podía creer que yo realmente me encontrara pensando semejante tontería, ese tipo de cosas la hacen niños de dieciséis, y ahí estaba yo haciéndolo también. No era de extrañar la reacción de la chica ante absurda propuesta, seguramente tenía novio o un montón de pretendientes, y creyó que ésta había sido una excusa para salir con ella. Técnicamente si quería que saliéramos, pero con la única intención de que me ayudara a alejar a mi madre y Sophia de sus ideas conmigo.

No recuerdo el momento exacto en el que caí dormido ya estando en la cama, solamente tenía de un momento a otro la luz en mis ojos dejando mostrar un nuevo y aburrido domingo. Al parecer mi familia quería que fuéramos a los bolos hoy, pero todavía no sabía si los acompañaría o saldría con mis amigos a comer algo. De cualquiera manera, mi mente se había encontrado divagando bastante los últimos días y cualquier opción me parecía viable, tenía veintiséis años y no me estaba comportando como tal.