Hijo de la Luna.

I.

Tal vez siempre supe que algo así pasaría.

-¿Por qué no estás emocionada, Mer? -preguntó Leslie confundida.

-No es que no me emocione... -mentí para no hacerla sentir mal. -Sólo siento que siempre es lo mismo, cada año, cada Halloween pasa lo mismo, nada.

-¡Pero este año será diferente! Al fin tenemos 18 años y nos dejarán entrar a la gran fiesta.

En Clearwater, el pequeño pueblo donde vivía, cada Halloween celebraban como si fuera Navidad, tal vez más. Hacían una pequeña feria, concursos, fiestas, y todos iban de aquí allá con disfraces llamativos.

Sinceramente, era divertido... una vez, tal vez dos, pero 18 años seguidos con más de lo mismo era bastante pesado y aburrido.

Hacía tiempo que había dejado de sentir aquella emoción y ahora me resultaba absolutamente tedioso.

-Sí, tienes razón, la gran fiesta... -dije con tono más cansado y aburrido del que pretendía.

-¡¿Eso tampoco te emociona?! Meredith, ¿qué te pasa? ¡Lo hemos esperado por años! -dijo incrédula de mi inexistente emoción.

La gran fiesta. Hacían una fiesta para los adolescentes del pueblo mayores de 18  y menores de 25 años. Se suponía que era la mejor fiesta del año y bla, bla, bla. Leslie tenía razón, lo habíamos esperado por años, desde que éramos pequeñas, pero hace un par de años que Clearwater me quedaba chica, no porque sea un pueblo feo, simplemente era aburrido y repetitivo, y para una amante de la aventura como yo era difícil vivir en un lugar así. No podía esperar para terminar la preparatoria y salir de aquí hacia alguna ciudad grande y estudiar la universidad.

-Pues... sí, supongo que me emociona. Les, el problema es que quiero algo diferente, salir de la monotonía, siempre es lo mismo en Halloween y en cualquier otra fecha del año. -dije agobiada por el pueblo que me vio nacer.

Leslie se quedó callada, pensando en alguna razón para animarme. Leslie era mi mejor amiga, desde los 3 años. Ella era la típica chica alegre y optimista que le ve lo bueno y bello a todo y todos. Con su cabello rojizo, casi naranja, y las pecas que cubrían casi todo su rostro de niña. Tenía el tipo de sonrisa que podía iluminar un estadio entero y la personalidad más tierna y buena que he conocido jamás. No entendía como soportaba estar conmigo en vez de ir con otras chicas más animosas, nuestras personalidades eran completamente diferentes.

-¡Oh! -dijo emocionada mientras levantaba su dedo índice - Será diferente, vendrá un circo. Mi tío estaba hablando de eso ayer.

Su tío era el sheriff de Clearwater, se enteraba de todo, siempre.

-¿Un circo? -dije con un poco de interés, tal vez un circo no era gran cosa para la gente normal, pero en un pueblo tan pequeño como Clearwater, donde nunca se había presentado uno en años, era de lo más emocionante.

-¡Sí! ¡Podremos ir con todos, imagina, será muy divertido! -gritó emocionada.

Y de hecho, a mí también me pareció emocionante.

***

Llegué a la cafetería, era hora del descanso y me reuní con mis amigos, los mismos de siempre, yo los quería, pero crecer con las mismas personas era bastante aburrido.

Clearwater tenía una población de menos de 3000 personas y en mi preparatoria estudiábamos 450 alumnos. Conocía a todos al menos de vista. Este hecho y las cifras de población, constantemente me hacían querer llorar.

Soñaba con viajar y conocer millones de personas nuevas.

-Hola Meredith. -me saludó sonriente Liam apenas me senté.