Hijo de la Luna.

Prólogo.

Prólogo.

Cuenta la leyenda que hace siglos la Luna se sentía muy sola. Envidiaba a las mujeres por poder dar hijos que las acompañaran siempre. Un día, cansada de su soledad, la Luna decidió que sería madre, pero era incapaz de concebir. Las estrellas se burlaban de su deseo y ella lloraba, provocando así lluvias interminables en la Tierra.

Había un circo de gitanos que se veían muy afectados por tan furiosas lluvias, le ofrecieron un tributo a la Luna. Matarían a una gitana virgen en su honor, para que así cesaran las lluvias. La Luna no aceptó, sin embargo, les ofreció un trato. Aquella gitana virgen debía embarazarse y ese hijo sería entregado a la Luna, así las lluvias que tanto afectaban el circo, pararían.

Los gitanos aceptaron, y violentos como son, permitieron que Tobar, el jefe del circo y necesitado de un heredero, la violara salvajemente en repetidas ocasiones. A la Luna no le importaba, tan sólo quería ser madre.

Pasaron nueve meses y el esperado bebé nació al fin. La pobre gitana lucho cuanto pudo para que no le quitaran a su hijo, pero los gitanos sin corazón, se lo llevaron. Dejándola malherida, con las pocas fuerzas que le quedaban, la gitana proclamó una maldición.

Invocó a Rye, señor del mal. Le imploró justicia y venganza, Rye se las dio.

Uno a uno, los gitanos fueron muriendo de las maneras más violentas y sangrientas; Tobar fue el último. La Luna, al saber que era la siguiente, protegió a su amado hijo con un hechizo, otorgándole poderes insuperables y la inmortalidad.

Se dice que cuando él se enoja, la Luna es tan roja como un rubí, cuando él es feliz, la Luna es redonda, blanca, brillante, hermosa. Y cuando llora, del cielo caen lluvias interminables con relámpagos furiosos. También cuenta la leyenda que el hijo de la Luna y la gitana, heredó la maldad del maldito que violó a su madre gitana, y la ambición descontrolada de su madre la Luna.

Bueno o malo, él es el hijo de la Luna.