11. La fuente

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11. "La fuente"

Sabrina

No podía creer lo que acababa de ver, Alexander tenia sentada en su regazo a una chica muy linda de cabello castaño. Cuando pensé que solo me ignoraba por el conflicto en mi casa, y que no respondía ninguno de mis cientos de mensajes por que solo estaba triste y necesitaba espacio, pero obviamente es hombre y estaba olvidando por completo todo lo anterior con esa chica. Ya ni siquiera sé si aún somos novios, pero por lo visto creo que él ya se olvidó de mí.

   Salí corriendo de la estúpida fiesta en la fraternidad, le doy gracias a mi Sabrina del pasado por haberse decidido en ponerse zapatos deportivos y no los tacones porque para salir como una loca no me hubieran beneficiado.

—¡Sabrina, espera! –escucho que me grita Alexander, por instinto volteo y veo que está corriendo hacia mí.

   Corro más rápido para perderlo y no me alcance, salgo del campus. Me arrepiento de haber volteado, ya que, me hizo recordar como besó a esa chica, me empiezan a brotar lágrimas y sollozo, esto es lo peor que hubiera esperado de Alexander; un chico que creí que me amaba y en el peor de los momentos me es infiel y termina besándose con otra chica.

   Cruzo precavida una calle con la respiración agitada, giro por una esquina y me oculto detrás de un restaurante, paro de correr, y me seco las lágrimas que bajan por mis mejillas, asomo mi cabeza por la pared temiendo que este Alexander, pero para mí desgracia viene corriendo pero antes de cruzar la calle la cual anteriormente cruce antes de terminar la cuadra, el mira a los lados sin saber hacia dónde ir, se decide en cruzar a la izquierda. Exhalo para calmar mi respiración.

Lo perdí al fin. No sé para qué me sigue.

¿Para tener que escuchar sus excusas?

¿Para qué me vea la cara de poceta y me tire pura mierda de mentiras?

¿Y me niegue que beso a la chica?

   Empiezo a caminar, apreté mis labios para evitar que vuelva a llorar, pero no dio resultados. Por mi mente solo pasan los recuerdos: esa chica sentada en sus piernas, en cuando se besaron y luego que volteo y me miro sorprendido, lo había descubierto; me estaba siendo infiel, mientras yo sufría y lloraba en mi cuarto sin ninguna razón concreta.

   Me seco las lágrimas con mis manos y sigo caminado por una calle muy alumbrada llena de locales, vuelven a brotar lágrimas, sigo el camino de la acera y veo cómo pasan personas caminando, aunque sea tarde es fin de semana y los restaurantes abren hasta tarde para tener comensales. Una pareja sumamente feliz vienen riendo y me pasan por un lado, mientras ellos caminan felices de la vida no se dieron cuenta de la chica que le rompieron el corazón.

   Veo un parque y voy directo a él, cruzo la calle con cuidado, dentro del mismo busco una banca en donde sentarme, frente a mi hay una fuente sumamente hermosa tiene luces alrededor que cambian de color al compás, estas luces reflejan la caída del agua que suena al caer con la pequeña piscina que se forma como en cualquier fuente. Cierro los ojos por un momento para que el relajador sonido del agua caer me relaje y pueda serenar mi mente.

   Vuelvo a abrir mis ojos, me levanto de la banca y me dirijo hacia la fuente, el cambio de color de las luces me reflejan el cuerpo al igual que al agua. Recuerdo que las personas suelen pedir deseos a la fuente, y no dudo en buscar en mi pequeña cartera que llevo colgada del hombro una moneda para lanzarla a la fuente y pedir un deseo, tomo con fuerza la moneda con mis manos formando un puño apoyo mis manos a mi pecho, cierro mis ojos llenos de lágrimas para pedir el deseo y empiezo a contar...

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