13.♤

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Manosear♤

Todo resultó bien, pudo encontrar el dige, regresó a casa, lo limpié y sin que su pequeño novio lo viera se posó atrás del él para poner el collar en su delicado cuello, esto lo asustó un poco, pues estaba dormitando en la cama, y admirando la tierna piel de su cuello, no pudo evitar tocarlo, delinear sus clavículas, sus delicados hombros, parecía una mujer pues sus caderas se acentuaban más, había perdido mucho peso.

Sus manos llegaron hasta sus antebrazos apretandolos en el momento, sin lastimarlo, después acarició su espalda, todo era silencioso, sus respiraciones eran diferentes, una era tranquila, mientras que otra entrecortada por el miedo de lo que pudiera pasar.

Al darse cuenta de esto aprovechó para acercarlo a su pecho, agarrando nuevamente sus caderas y barbilla, se postró en su hombro, y aspiró es dulce aroma característico del signo menor.

Fue ahí cuando sus sentidos regresaron en sí, miró al menos que estaba en shock, temblando y sus ojos se mantenían firmemente cerrados, al ver estas cortantes reacciones su ira fue aclamada, sus manos actuaron de nuevo volteando su cuerpo bruscamente.

‐ ¡¿Enserio te vas a poner así?! ‐ le dijo gritándole, posicionado su cuerpo arriba del cuerpo menor, "frágil" pensó. - ¡Tu ganas, siempre lo haces, mañana puedes salir! ¡Te conseguí el dije! ¿Qué más quieres de mí Tauro? -

Solo vio como sus lágrimas descendían desde sus mejillas, pequeñas gotas cristalinas, callendo de su piel porcelana.

- L-lo único que quiero, que deseo, es regresar al pasado y volver hacer lo que éramos antes...- Lo odió, odio escuchar sus tonterías ¿por qué siempre tenía que vivir del pasado? ¿Por qué nunca miraba hacía el futuro? Ni siquiera veía energía en su ser, desde que todo empezó dejaron de hacer cosas juntos, dejaron los viajes, las sonrisas, las memorias, y ahora solo quedó un vacío imposible de llenar.

Odiaba verlo de esa forma, siempre intentando victimizar su situación, no sabía otra cosa más que dar lástima.

A su lado se sentía absorbido por el abismo. Lo hacía actuar mal.

...

Al día siguiente Escorpio fue por Tauro a su casa, tardó mucho en salir pues el menor tuvo que maquillar sus ojeras y su rostro demacrado, al salir ambos sonrieron.

Escorpio provocaba en Tauro una emoción magnética, Tauro provocaba en Escorpio una tranquilidad inefable.

Ambos sabían de su extraña compatibilidad, aunque al principio se cayeron mal después, sin darse cuenta, se unieron como imanes.

Decidieron caminar, pasaron por una plaza donde vendían muchas cosas antiguas, desde cuadernos hechos a mano, hasta pinturas vintage, todo lo veían con tranquilidad, bueno Tauro parecía más entretenido que Escorpio.

Pasaron por la gran fila de mesas hasta el final, donde había un parque, en el centro tenía una fuente con un Ángel donde el agua caía. Y cerca de ahí había unas sillas de piedra.

- ¿Por qué te maquillaste? - Preguntó mirándolo fijamente, a lo que el menor esquivo esa mirada tan profunda, sentía como penetraba su alma sutilmente.

- Yo, b-bueno a veces lo hago, sobretodo cuando voy a exponerme al sol, ya sabes se me hacen ronchas y eso - El toro comenzó a divagar, excusas que el signo del agua ya había deducido, solo que le dejo hablar.

Cuando el ojirojo volteó a mirarlo, se dio cuenta que no le había creído nada.

- No quería que vieras mis ojeras, sabes, hace tiempo que no salgo y mi rostro se empezó a descuidar, soy un signo lunar, lo sé, pero también necesito del sol...- No quería decirle más, no quería decir cuanto había llorado, tampoco quería que supiera todas esas discusiones con Sagitario.

- Si no quieres decirme más esta bien, lo comprenderé pero...- Escorpio agarro las manos de Tauro para que lo mirara a los ojos, ambas miradas chocaron, una compasiva, intensa, otra simplemente rota. - Toma en cuenta que siempre estaré para apoyarte.- Algo en el menor se sacudió por dentro, una emoción sincera, tierna, realmente apreciaba al signo de agua por eso no lo quería meter en sus problemas, además, todavía ama a Sagitario y no quería que nada le pasará a su novio por su culpa, sus problemas los resolverían entre ellos dos, nadie más.

- Gracias - Y por primera vez el menor le dedico una sincera sonrisa, resplandeciente, y por la emoción lo abrazó. - ¡Vamos por un helado!

- aja - afirmó el mayor con felicidad genuina.

...

Al terminar Escorpio llevo al signo de tierra a su hogar, ambos se despidieron y decidieron salir hasta la próxima semana.

Otra vez el menor regresaba a su realidad, lentamente su rostro se borró su sonrisa y entró pero todo se encontraba apagado, Sagitario aún no estaba.

Fue una suerte porque el menor aprovechó para recoger el poco desorden que había y preparó la tina del baño para ducharse.

No escucho cuando Sagitario entró, estaba tan absorto en su mundo, analizando su día, uno entre pocos en los que no se sentía mal, no se sentía inferior, e incluso podría decir que tenía ganas de contarle a Sagitario todo lo que hizo, proponerle salir un día.

Con estos pensamientos Tauro salió de la tina con una toalla en la cintura, antes de entrar a su habitación decidió ir por una botella de agua.

Paso por la sala oscura, no tenía la necesidad de prender los focos, estaba tan tranquilo y lleno de felicidad que simplemente fue directo a su objetivo.

- Así que ya llegaste - Habló el signo de fuego sentado en el sillón, observándolo con un aire de superioridad.

- Si...- Contestó el menor, pues de un momento para otro, toda esa emoción, toda esa felicidad, se fue al sentir ese pesado ambiente.

El rubio se levantó y se acercó lentamente al menor, Tauro solo retrocedió un poco, no necesitó luz para observar esos fugaces ojos mirándolo con desaprobación, no necesito besar a su novio para darse cuenta que había estado bebiendo, su aliento lo decía todo.

- Entonces, ¿vas a salir de nuevo? - El menor solo volteó la mirada hacia otro lado, no podía verlo así.

- La próxima semana - El más alto frunció el entre cejo y aprovechando el momento poso sus manos en la cintura menor para acercarlo más. - Tal vez y ahora venga Virgo con nosotros - el acercamiento era un tanto forzado que se sentía la incomodidad del menor pero esto no le importó, así que acercó su rostro al cuello y lo mordió suavemente. - nhg S-sagi ahh me gustaría que fueras con ahh nosotros - no pudo evitar soltar gemidos, el cuello era su punto débil, el mayor solo seguía con su trabajo succionando esa delicada piel.

- Lo pensaré - dijo alejándose y por último dándole una nalgada que hizo saltar a su novio por el susto y atrevimiento.

Tauro sabía que el mayor últimamente lo estaba tocando de más, su comportamiento cada vez era más extraño.

Su novio es conocido po ser uno de los signos más despegados al contacto físico, después de Acuario, Leo y Capricornio, claro está, además este tipo de toques lo hacían sentir mal, el ama él contacto físico, es uno de los primeros signos que aman el contacto físico, pero algo le decía que ese tipo de acercamientos no eran buenos.

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VIOLENTOMETRO (Sagitau)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora