7 - Un primer año muy extraño - Parte 2

18 2 1
                                    

Narra Liam:

Para serles sinceros, las vacaciones de medio año se volvieron muy relajantes para mí. O sea, ¿me entienden, no? Ser brigadier de un salón es algo muy complicado.

En fin, en vacaciones me fui a mi querida ciudad de origen, ya que, según la televisión, no hay mejor lugar en el mundo que el hogar, creo que algo así escuche, no me acuerdo muy bien. Pero bueno, lo que sea que haya escuchado, también lo escuchó mi mamá, y pues le hizo caso.

Viajamos en ómnibus (como ya lo habíamos hecho en ocasiones anteriores), ya que los aviones le generaban miedo a mi mamá (no sé porqué)

Y... ¿Qué tal la pasé? Pues genial, esas dos semanas estuve muy feliz, ya que como ustedes sabrán, el ambiente familiar es reconfortante. Me divertí mucho junto con mis primos, con los cuales, jugué fútbol, fui a la piscina (la cual era muy grande para mí), aprendí a jugar básquetbol y me enseñaron un juego llamado "Monopolio" (el cual era algo nuevo para mí). Sin duda alguna, fueron unas increíbles semanas, que obviamente se iban a volver a repetir.

En agosto tuve que volver al colegio (aunque yo no lo quisiera). Como siempre, me encontraba muy nervioso, pese a que sabía que YO, era lo más destacable de ese salón. En fin, en ese mes no pasaron muchas cosas de importancia. Solo se realizó el homenaje a "Santa Rosa de Lima" (por ser la patrona del colegio), con el mismo tipo de actuación que en las otras celebraciones, o sea, bailes o danzas, poesías, cantos, o cualquier otro talento que se pueda presentar, ya que lo importante era entretener al público. Este, fue un evento muy entretenido, a pesar de la pésima organización del colegio.

En septiembre, se venían 2 eventos importantes en el colegio. La "Feria de Ciencias" y, el "Aniversario del colegio".
El primero de estos eventos, traía a mi mente una conversación de hace más de un año, que lamentablemente, aún no he podido olvidar.

—Hola, ¿estás bien amigo?— al decir esas palabras giré mi rostro hacia él. Era un chico más alto que yo, así que supuse que tenía más edad; tenía el cabello rubio y ojos azules, los cuales me cautivaron. ¿Dije cautivaron? Seguro que me equivoqué y me refería a otra cosa. Bueno, no importa lo que diga mi subconsciente, para mí ese chico era casi perfecto.

—Ehhh, Hola, ¿Qué tal?— le dije saliendo de mi trance por observarlo.

—Es lo que te pregunté, pero al parecer estabas en tu mundo—dijo él con sarcasmo— o quizás estabas observando mi perfecto rostro —dijo él, en tono de broma pero muy soberbio, sin saber que lo que dijo, era una completa verdad.

—Jajaja seguro. Bueno, claro que estoy bien. O al menos, ahora siento que estoy bien, gracias a ti—dije yo muy feliz.

—Entonces, cumplí mi misión, jejeje— dijo él, con una gran sonrisa.

—Claro que si. Pero hasta ahora no sé tu nombre, ¿me lo dices? Solo si tú quieres claro—dije con cara de gatito, rogando porque me diga su nombre.

—Jaja, claro. Mi nombre es Lucas Martínez— dijo él, con cara de presumido— ¿Y el tuyo?

—Yo me llamo Liam Ystem— dije un poco nervioso, sin saber el motivo de ello.

—Bien Liam, soy 2 años mayor que tú, así que no creo que nos vallamos a encontrar muy seguido. Pero te prometo que cuando tengas 15 años y yo 17, te volveré a buscar para que seamos grandes amigos, ya que me caíste muy bien. Pero debes prometerme solo una cosa.—dijo él, mirándome a los ojos.

Una vida llena de sorpresasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora