Epilogo

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Aquel mismo dia donde Youngjae volvió y se reencontró con su familia  y a su vez con su pareja destinada. Fue el ultimo dia donde vio a su familia.

Suena triste, pero es cierto, y era normal dado todo lo acontecido. Youngjae se fue a vivir con Jaebum, no tenia que llevar sus pertenencias ya que se quemaron en aquel incendio que le ayudo a conseguir su libertad.

Aquella misma noche, Youngjae quería que Jaebum lo marcara.

-¿Estas seguro?-dijo Jaebum - acabas de irte de tu familia

-Jaebum, si estoy seguro, ¿o es que tu no quieres?-dijo Youngjae.

-Si, si quiero-dijo Jaebum para después besarlo con ferocidad.

De alguna manera, el lobo de Jaebum tomo el control, aunque sea al principio de la situación, no permitirá que el omega se fuera de su lado. No de nuevo.

Youngjae correspondio al beso, mientras sentía con lo aprisionaba contra la pared. Él con ayuda de su pareja elevo las piernas, enrollándolas en la cintura de Jaebum.

Jaebum camino con él y la casa comenzó a oler demasiado fuerte a ambos aromas, a la mezcla, a la unión eminente que se produciría en aquella habitación.

La ropa fue desapareciendo de los dos hasta quedar totalmente desnudos ambos y Youngjae con la espalda en el colchón.

-No esperes-dijo Youngjae, al ver que Jaebum se detenia por un momento.

-Solo disfrutaba de ti-dijo para después alinearse y comenzar la unión.

Ambos se movían sincronizados y disfrutando del otro, solo sintiendo a su pareja y placer, nada mas, no necesitaban nada mas. La silenciosa casa solo tenia una habitación ruidosa de simplemente amor, porque eso era lo que se transmitían por cada acción, cada beso y en cada mirada.

-¿Estas listo?-pregunto Jaebum al ver que él no aguantaría mas y Youngjae tampoco.

Youngjae no podía hablar en aquellos momentos, solo gemir o jadear, pero hizo lo único que podía hacer, giro el cuello, dando el permiso para que Jaebum lo marcara.

En ese momento, el lobo de Jaebum fue el mas feliz de todos, al menos hasta que mordio a su pareja, sellando la unión, entonces, a la felicidad se le sumo el lobo de Youngjae, sintiendo su marca y sintiendo como el placer lo abrumaba y se corria sobre su estomago. Además, del nudo que había formado su pareja destinada en su interior, llenándolo.

De camino a casa, habían hablado de eso y Youngjae había decidido que quería un cachorro de Jaebum, por lo que la unión, donde suele haber una alta fertilidad, decidieron no ponerse condon, buscando un cachorro en su nueva vida.

Una vez el nudo desaparecio Jaebum salio de su interior suavemente, echándose a un lado de Youngjae.

Ahora jadeos, de falta de respiración era lo que se podía escuchar.

-¿Estas bien?-pregunto Jaebum, aunque no le hacia falta preguntar, ya que el lazo entre ellos le permitia saberlo.

-Si, estoy bien. Aunque esto es demasiado nuevo para mi-dijo Youngjae refiriéndose a las cosas nuevas que estaba sintiendo.

-Para mi también-sonrio Jaebum, abrazando a Youngjae.


Varias semanas pasaron para que Youngjae sintiera los típicos síntomas de los embarazos, las nauseas por ejemplo fue lo primero, por lo que decidieron ir al medico para saber si era lo que creían que eran.

-Bueno todo esta correcto-hablo el doctor- si, enhorabuena estas embarazado.

-Lo sabia, voy a tener un cachorro-dijo Jaebum feliz agarrando la mano de Youngjae.

-¿Un cachorro?-hablo el doctor-me temo que no es uno. Según los análisis, Youngjae a tomado unas hierbas que aumentan la fertilidad, además de vuestra unión que también lo aumenta... tendréis cuatro cachorros según los exámenes realizados.

-¿Que?-pregunto Youngjae, para después mirar un poco enfadado a Jaebum- hablaremos en casa.

-Youngjae, yo no sabia ese efecto-hablo Jaebum una vez llegaron a casa.

-Si, claro-contesto Youngjae.

Puede ser que el cambio de humor se deba al embarazo, o quizás realmente este enfadado, pero Youngjae amaría a un cachorro o a cuatro, solo era la sorpresa de no esperar tal numero de niños tan de pronto.

Youngjae se sento en el sofá agotado, Jaebum se encaminaba a su lado cuando el timbre de la puerta principal sono.

-Yo voy. Descansa-le dijo Jaebum.

Jaebum abrió y se encontró a la hermana con su esposo en la puerta.

-¿Esta mi hermano?-pregunto ella tímidamente.

Jaebum se quedo en shock, por algún motivo no esperaba que alguien de la familia de su pareja se presentara en casa.

-Eh, si, pero...

-Solo quiero darle una noticia.

Jaebum no sabia si dejarla o no pasar. Era su hermana y nunca lo había tratado mal, pero el esposo trato de tener un hijo con Youngjae.

Finalmente dejo los dejo pasar.

-Youngjae es tu hermana-le aviso.

Youngjae fue otro en sorprenderse. De repente, la tarde fue una reunion familiar. Todos se encontraban sentados esperando que hablaran y explicaran su visita.

-Hermano. Nosotros ya no vivimos con papa. Él comprendio que esta manera de tratar a los omegas, tanto hombres y mujeres no era normal. Él no quería hacerte nada, pero entre su padre y el nuestro se sintió obligado, por lo que se emborracho aquella noche. No recuerda nada de lo que paso por lo que no quería venir aquí en un principio.

-No paso nada. Se durmió en la cama-dijo Youngjae omitiendo algunos detalles.

-Lo que ocurre, es que él noto que yo soy su pareja destinada.

-¿Tu no notaste nada?

-Ese era el segundo problema. Yo estaba tan reprimida y asustada, que mi lobo ni siquiera me lo dijo. Él dia de la prueba de fertilidad paso lo mismo... yo si soy fértil, pero de alguna manera salio negativo por ello. Lo siento-dijo llorando su hermana.

-No. No pasa nada. Ahora ambos estamos bien.-dijo Youngjae también al borde de las lagrimas.

Ambos alfas se mantenían al lado de su omega, solo escuchando sin intervenir, algo extraño para como habían vivido ambos omegas.

-Ahora estoy embarazada, voy a tener un cachorro.

Youngjae sonrio.

-Yo voy a tener cuatro.

Su hermana abrió los ojos sorprendida, pero después llovieron las felicitaciones de una pareja a otra. Una nueva familia crecia y ahora si serian criados dentro de la sociedad y normalidad que debería ser siempre, no menospreciando a otros grupos interpretados como inferiores solo por ser algo diferentes, ya que realmente todos eramos iguales dependiendo si eramos omegas hombres, omegas mujeres, o alfas de ambos generos.


Fin.


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