Capitulo 2.

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Llegué a casa después de que William Crups, uno de los gerentes de la empresa, se ofreciera a llevarme a la clínica para que me atendieran. Muy amable.


Lancé mi bolso a el sofá donde Josh se acuesta con sus "amigas".


—¿En dónde estabas?.


Preguntó al instante en que me dejé caer en el asqueroso mueble, no tenía tiempo para pensar en eso, realmente estaba cansada.


—En la calle.


Eso era obvio, así que noté como se acercó más para quitarme la única pequeña paz que había obtenido.


—Esta no es tu hora de salida en el trabajo — Acusó — ¿Con quién estabas?


Genial, ahora creía que yo era como él.


—Con nadie, sólo tuve un inconveniente con la herida del pie — Se quedó en silencio —.


—¿Cómo pasó?


Me sorprendí, él jamás se había preocupado o interesado en mí, hasta el son de ahora.


—Me clavé un cristal suelto de una de tus botellas — Hablé más suave —.


Se rascó la nuca sin decir nada.


—¿Por qué? — Me atreví a preguntar —.


—Porque necesito que corras a la farmacia a comprar una anticonceptiva para Lassie


Entonces así se llama la Barbie barata.


—Que se joda esa estúpida — Me llené de valor al haberme opuesto ante una orden —.


Enserio estaba cansada de todo, de ella y de él.


—No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando, o ¿acaso quieres ser madrastra? — Me obligó a levantarme del sofá — Ve rápido.


Me empujó bruscamente a la salida sin dejarme reaccionar. Me sacó y antes de cerrar la puerta, me tiró una pequeña suma de billetes al piso.


—Y no vuelvas sin traer esas pastillas.


Me cerró la puerta en la cara como si fuera una recogida de la calle. Me dolió mucho, no era la primera vez que me trataba así de brusco como si fuera un trapo viejo, pero esta vez se pasó, llegó hasta el fondo de mis sentimientos y quebró mi poca autoestima.

Hice lo que me pidió, fui hasta la farmacia más cercana que se encontraba a cinco cuadras y agradecí que el letrero principal dijera:


Abierto.


• • •


Desperté de el suelo donde siempre dormía cubierto por una delgada cobija, y me estire. Hoy no comenzaba a trabajar aún, primero tenía que reunirme con William para poder conocer más a fondo mi puesto en la empresa. Para eso, quedamos en que hoy nos íbamos a ver en su restaurante favorito y yo emocionada pensando todavía en la oportunidad, acepté.


—Aquí tienes tu desayuno.


Coloqué el plato en la mesa sin el cariño alguno que mantiene la esposa con el hombre.


—Me voy a trabajar. Hoy hay reunión, así que nose a que hora llegue.


—Ajá, sólo vete y dejame comer — Respondió odioso, metiéndose rápido un trozo de comida —.


© EL JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora