Inside One Shots Romanogers

Batalla Final

El capitán sabía que ya no le quedaban fuerzas, sentía cada musculo desgarrado y cada parte de su cuerpo le pedía a gritos que dejara de luchar. Ya no tenía razón alguna para seguir vivo y en el fondo, deseaba que Thanos acabará pronto con él.

Pero aún en el suelo, con el escudo roto, se permitió pensar una ultima vez en la única persona que podría darle fuerzas. Quería pensar que ella estaba allí, quería creer que las últimas horas nunca habían ocurrido y ahora estaba buscandolo entre tanto caos. Así era ella, era la única persona que podía estar pelando con un ejército entero y aún así estaría pendiente de salvar su trasero americano.

Pero sabía que en el fondo, ya nada le servía recordar.... Había sido muy tarde, se había tardado una vez más en confesar sus sentimientos y aquello era lo que más dolía, quizás si hubiese dicho algo no estaría en esa situación. Steve Rogers sabía que habría dado todo por proteger a aquella pelirroja de ojos verdes, a la espía, vengadora, mejor amiga, pero sobre todo.

El amor de su vida.

Steve escucho unos pasos acercarse creyendo que era Thanos o alguien de su séquito.
Anhelaba con tanta fuerza que todo acabara, quería cerrar sus ojos por una última vez, así que con las pocas ganas que le quedaban de vivir,  soltó lo que creyó sería, su último suspiro.

--¿Acaso ya te rendiste, anciano?

Steve abrió sus ojos de golpe y se levantó aún más rápido. Creyendo que era broma y que su casi inconsciencia le estaba jugando una mala pasada. Pero cuando unos delgados brazos se enrollaron en su cuello de forma tan suave, Steve se creyo delirando. Rápidamente su olor característico a flores  llegó a sus fosas nasales, y Rogers se permitió derramar las lágrimas que había estado aguantando por horas.

--Estas aquí... Realmente estás aquí--repitió tantas veces que la rusa llegó a pensar que se había vuelto loco.

--Estoy aquí Steve--dijo en voz baja.

Aún con todo el caos a su alrededor, Steve pudo escuchar su voz a la perfección, se separó levemente de la pelirroja sin dejar que se soltara y la observó detenidamente. Guardando cada detalle de su perfecto rostro.
Con ambas manos acarició cada mejilla y comenzó a dejar besos por todo su rostro. Las mejillas de natasha rápidamente se tiñeron de un rojo carmesí y sintiéndose como una adolesencete sintió cuando sus piernas flaquearon, haciendo que el rubio la sujetará de su cintura con fuerza.

--No volveré a dejarte ir, Nat. No sabes el infierno que he pasado estas horas--murmuró a centímetros de su boca, casi rozando sus labios y mezclando sus alientos entre ellos.

--Steve....--soltó la rusa casi en un jadeo, aquel americano le provocaba sensaciones totalmente desconocidas pero que la hacian llegar al cielo.

--Voy a besarte--dijo decidido.

La respiración de la rusa se corto de inmediato, mostrando su debilidad ante el capitán del equipo y con una sonrisa coqueta lo miró.

--¿Que te lo impide?

--Nada, ya nada me impedirá que te diga cuanto te amo.

Natasha abrió su boca para responder, cuando un sonido en sus transmisores los hizo separarse.

--Lamento interrumpirlos en su reencuentro  señores Rogers, pero realmente necesitamos su ayuda--la voz de una mujer, completamente desconocida para ambos llego a sus oídos. Y buscando señales de la persona se encontraron a unos metros a una mujer que portaba un traje oscuro y llevaba hecha una cola en su cabello.
Scott apareció a su lado y la chica les hizo una señal con la mano antes de encogerse, o lo que ellos creyeron ver.