no manners 。 yuta

緊急の '

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— Hola, preciosa.

  Akari sintió instantáneamente el "Beehp" de una alarma en su cabeza al escuchar una voz masculina.

  Sus ojos dejaron de observar su revista para quedar fijos en unos ojos cafés para nada —sin sorpresa alguna— conocidos. Además, tampoco le sorprendió su forma de iniciar la conversación.

Patético.

  Sus manos delinearon una de las páginas para pasar a la siguiente sin despegar sus ojos de él, para posteriormente dar por leída la revista y guardarla en su bolso.
  No pudo evitar soltar una sonora risa bajando su cabeza mientras cerraba este. La situación era graciosa.

  No pudo evitar pensar en cuantas cosas era, ¡Vaya!. No podía contar los apodos. Reina, princesa, bombón, bebé.
  Chicos, chicos, cuánta creatividad.

  El chico se sintió tan confiado al ella reír que literalmente saltó desde donde estaba parado a la silla frente a ella.

  Que tonto el pensar que alguien como ella puede sentirse alagada con algo como eso.
  Bueno, en realidad, ¿Quién lo hacía?

— ¿A quién tratas de impresionar saludando de esa forma?

  El chico que una vez sonreía ladinamente y tenía su confianza hasta el cielo borró su sonrisa. Ella cambió radicalmente su semblante a uno serio y el contrario no pudo evitar pensar: "¡¿Cuándo diablos dejó de sonreír?!".

  El chico estuvo por responder pero la chica habló antes que él.

— Gracias por hacerme compañía en un muy corto lapso de tiempo mientras mis amigas iban por sus almuerzos —sonrió para luego dedicarle una mirada para nada amigable—. Ya te puedes ir. —él volteó su rostro y se encontró con tres chicas que poseían unas bandejas en sus manos y esperaban ansiosas su ida para sentarse en la mesa junto a su amiga.

  Sí, lo había dicho. No las había considerado sus amigas hasta este momento en que su boca habló por sí sola para decir "Mis amigas".

  Las tres chicas insistieron tanto en entablar una conversación que Akari dejó de lado sus respuestas cortas poco a poco.

  Bueno, cómo no hacerlo.
Eran un montón de parlanchinas.

  La peli café abrió nuevamente su bolso para tomar su libreta, al mismo tiempo que un bolígrafo y tomó nota de las nuevas tendencias, ignorando al chico frente a ella.
  Era una de sus tantas formas de decir "Esta conversación se acabó".

  El desconocido se levantó bruscamente del sitio, ocasionando —además de un buen dolor de oído— que la silla hiciera un sonido agudo al arrastrarse hacia atrás. Captando la atención de todos en el sitio. Pero Akari siguió actuando como si el chico se hubiera esfumado en el aire.

  "Que detestable". Escuchó decir de él al retirarse.

   Una sonrisa se plantó en su rostro como si le hubiera dicho el mejor cumplido de todos. Incluso, sus ojos dejaron de ver el trozo de papel para observar la trabajada espalda del chico irse del sitio manteniendo su bolígrafo entre sus labios.
   Ya no le parecía del todo desagradable el chico.