計算 '

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  Para Akari Adachi, esa mañana era infernal, pasaba mucho más lenta que de costumbre. Revisaba el reloj que estaba situado en medio de la pared frente a ella cada vez que sentía que había pasado más de media hora pero se llevaba una gran sorpresa al ver que sólo dos minutos habían transcurrido desde la última vez que había disvisado la hora en él.

  Pero eso no se lo único que hacía de su día uno malo.

  Su cerebro producía dolorosas punzadas a su cabeza. Las tres únicas horas que le habían quedado para dormir luego de llegar de esa fiesta estuvo totalmente despierta gracias a que Hitomi estuvo devolviendo la comida la mitad de la noche por causa de su gran borrachera, Hasuna la ayudó, ya que era la más cuerda de las tres.

  Y porque -claro estaba- Akari no iba a hacerlo.

  Otra de las que no la dejó ni cerrar sus ojos fue Mei, quién habló ruidosamente por teléfono con varios chicos que conoció en la fiesta sumida aún en los efectos del alcohol pero todos le daban la misma respuesta al contestar la llamada.

  "¡¿Tú llamando otra vez?! Llama a otra hora, diablos. Consiguete una vida".

  Akari no tuvo ni siquiera tiempo de comprar un café o algo que saceara su necesidad de dormir al menos por unos minutos, al levantarse de su cama notó como su clase iniciaba en menos de una hora y apenas pudo vestirse decentemente.

  Frotó sus párpados con el dorso de sus manos, las imagenes del libro de la clase que leía se detallaban borrosas y se movían de un lado a otro en su visión al igual que las palabras plasmadas en él, le parecían sólo un montón de garabatos sin sentido. En ese momento recordó las palabras que tanto su padre le citó como un disco rayado en su adolescencia: "Akari, debes decidir. Estudios o vida social. No puedes tener ambos".

  En ese momento ella era el claro ejemplo de lo que el mayor le había dicho.

  Gruñó en un tono de voz bajo mientras daba masajes a sus cienes. El silencio abundaba en aquél salón de clases como de costumbre. Era aburrido y no la ayudaba para nada a evitar quedarse dormida. Todos concentrados en sus cosas, los únicos sonidos que se escuchaban en el sitio eran las páginas pasar, papeles moverse, las puntas de los bolígrafos siendo accionadas o gomas de borrar moviéndose sobre hojas.

— ¿Les comió la lengua el ratón? —la voz del profesor quebró sutilmente el silencio. Los cuarenta pares de ojos se centraron en él y luego de unos segundos algunas personas soltaron pequeñas risillas.

  La mayoría chicas.

  Katsuki Fushiguro estudió en Handai, se graduó con honores y gracias a sus impresionante rendimiento y calificaciones tuvo el honor de dar un discurso a los graduados del siguiente año a su graduación. Tiempo después, la universidad lo contactó para ser uno de los docentes. Los profesores mayores no lo tomaban en serio al ser menor de treinta años, lo detestaban por tener el mejor de los salarios. Decían que la institución lo adoraba y que era un privilegiado. Tenía la atención de todas las mujeres tanto profesoras como alumnas al ser muy guapo. Incluso tenía un club de fans y una sección en el blog del instituto donde todas podían comentar sus encuentros o contactos de "ensueño" con él.

  Chicas sin oficio.

  Pero eso no era todo. Akari se había enterado de ciertos rumores acerca de él desde el primer día que pisó Handai. Se rumoreaba que accedía a tener citas con estudiantes a cambio de elevar sus calificaciones, también que se le encontró a solas en un salón de clases con una estudiante en varias ocasiones e incluso hubo un gran rumor acerca de él saliendo de su apartamento junto con una estudiante. Lo curioso era que todos los creadores de esos "rumores" dejaron Handai uno tras otro hasta que nadie volvió a atreverse a hablar mal sobre él.

no manners 。 yutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora