大胆な'

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Los siguientes días Akari había tratado de encontrarse a Hiroto. Su acto estúpido de haber tirado el trozo de hoja donde había escrito los tres dígitos de su habitación la había condenado a no poder ir con él directamente.

La pasaba la mayor parte del tiempo fuera de la habitación, tomando largas caminatas por los pasillos, buscando con su mirada desde las alturas de las azoteas al muchacho, pero siempre se rendía día tras otro.

Parecía estar evitándola.

Handai se volvió una fortaleza navideña al acercarse la víspera de navidad. La entrada estaba llena de decoraciones y luces, un tren decorativo le daba vueltas una y otra vez a la estructura. Un gran Santa decorativo estaba plantado justo en la entrada, se movía de un lado a otro agitando una campanita y emitía con voz grave su característico "¡Oh-oh-oh!".

Akari se quedó admirandolo unos segundos —ya que al estar justo en la entrada era imposible no pasarlo por desapercibido—, posteriormente siguió su camino hasta adentro sintiendo como los ojos del Santa la seguían.

Era aterrador.

No sólo la entrada de la universidad se había tornado navideña, todo el campus estaba totalmente decorado, había un gran árbol justo en medio del jardín —media casi dos metros de alto—. El cuerpo delgado de la pelo café se hizo ver por esos lados, admiró como más diez personas de servicio ayudaban a decorar el árbol gigantesco montados en escaleras.

— Así que así es como gastan nuestro dinero. —murmuró y continuó su caminar.

Cada rincón, escalera, pasillo que Akari se topaba en su camino hasta las habitaciones estaba lleno de decoraciones y personas colocándolas arduamente.

— Paquete para Adachi. —escuchó a su costado y paró en seco.

El hombre corpulento de la cabina de seguridad de acercó a ella con una gran caja.

— ¿Para mí?, yo no pedí nada.

— El repartidor dijo que era para 'Adachi Akari' y a juzgar por el registro de estudiantes —le acercó la caja— eres la única Adachi Akari aquí.

Bastante descolocada, tomó la caja, agradeció al gigantesco hombre y se dirigió hacia adentro. Pensando en quién podría haber sido el emisor del regalo.

Al llegar al fin a su pasillo observó un montón de chicas adornando sus puertas, poseían varias cajas tiradas en el suelo. Corrían de un lado a otro, entraban en diferentes habitaciones, gritaban, reían, el pasillo parecía un gallinero.

Al cruzar por allí su curiosidad era grande, con el rabillo de su ojo observaba las habitaciones que se le cruzaban. Una poseía un gran árbol decorado de pies a cabeza y luces rodeaban las paredes, se asimilaba a un club nocturno. Las chicas colocaron música en unas pequeñas bocinas y sin percatarse de su presencia cerraron la puerta.

Justo en su cara.

Caminó hasta la siguiente habitación llena de chicas, todas ayudaban a decorar las paredes con bonitas guirnaldas y luces, otras decoraban la puerta de la habitación. En el segundo en que todos esos pares de ojos dejaron de observar lo que hacían y se centraron en ella, Akari se alejó siguiendo su camino.

Lo único que no inspiraba el espíritu navideño.

Era su habitación.

Abrió la puerta de su habitación y varias chicas que pasaban por allí se quedaron paradas observando el lugar. No había luces, ni un árbol, ni siquiera adornos. La peli café cerró la puerta detrás y colocó la caja en la superficie más cercana. Se deshizo de su abrigo y bufanda, observó con recelo la caja. No podía ser de su hermano, él la hubiera llamado avisándole que le entregarían un paquete o 'sorpresa' como él solía llamarle a sus regalos.

no manners 。 yutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora