Ahora que puedo ver con claridad, entiendo que no estabas ni cerca de lo que significa ser un amor de verdad, pues un amor sincero no causa heridas como las que tú te atreviste a causar.
Tengo que aceptar que interpretaste magistralmente tu papel, pues por un segundo llegué a creer que a tu lado todo era perfecto, que me querías como nadie más lo podría hacer.
Quién diría que en un descuido, yo descubriría tus verdaderas intenciones, la falsedad de tus promesas, la hipocresía de tus palabras.