Perdido

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Cuando desperté, pensé que habían pasado años. Por la ventana aún se veía una calle oscura y la luz de las farolas anunciando que se debía tener cuidado de los lugares donde no llegaba su alumbrado.
Volteo a ver el reloj y me doy cuenta que son las cinco de la mañana. Demasiado temprano, incluso para ir a trabajar. Me plantee el dormir de nuevo, pero sabía que no podría.
Empecé a sentir sed y mareo, pero no supe porqué esa sensación. Intenté apoyarme sobre mi brazo derecho, pero tuve que quitar el peso porque un pinchazo de dolor me sorprendió.
Vi mi mano y pude ver una suerte de vendas hechas con trapos con los que suelo limpiar mi habitación. En ellos había un aroma nauseabundo de sangre seca y whisky. Me quite con cuidado las vendas y pude encontrar un arañazo que cubría la mitad de la palma de mi mano.
Extrañado, me dejo caer sobre mis almohadas, intentando recordar qué carajo había hecho como para estar tan malherido.

¿Me habré peleado? Pero no salí. ¿Cómo podría haberme peleado? Quizá estaba demasiado ebrio, y al ver mi reflejo en la oscuridad pensé que era otra persona y ahí ocurrió mi percance.
Corrí rápidamente al baño y pude ver a un hombre de ojos hinchados, barba descuidada, cabello brillante por la grasa que anuncia no haberse bañado en lo que de antojan meses. Su camiseta, antes blanca ahora tenía manchas de lo que podría ser vómito y otros fluidos que no sería fácil reconocer a estas alturas.

Me asusté, dí un salto hacia atrás mientras gritaba "¡mierda!", Y ese hombre hizo lo mismo. Confundido, me acerco y al fin caigo en cuenta que soy yo. ¿Quien más habría de ser? Pero, ¿Cómo he llegado a ese estado? ¿Hace cuánto tiempo que no me aseo? ¿Qué hice?
Mientras cavilaba, me permití dar un recorrido visual por el baño. O al menos lo que quedaba de el. La taza, que antes siempre estaba limpia y con un aromatizante en el tanque, ahora desparramaba heces y se veía que tenía demasiado tiempo así. La ducha estaba rota, tapada con una botella de plástico en un intento malhecho de solventar el problema. En las paredes empezaba a crecer moho. Cualquier persona que entrara a este baño, saldría despavorida si no es por la imagen, por el hedor que ahí se añejaba al cerrar la puerta.

Me dispuse a intentar comprender cómo había llegado a esa decadencia. Pero apenas haciendo un esfuerzo por la memoria, pude notar que me dolía demasiado la cabeza, como si mi propia mente intentará evadir el recuerdo. Desistí en mi intento, de esforzarme. Ya llegaría el recuerdo por si solo. Entretanto, decidí hacer un recorrido por mi casa, o lo que quedaba de ella.
Quizá había estallado una guerra y no me había percatado de ello mientras dormía. Los soldados entrados en un torbellino de destrucción y al verme dormir pensaron que estaba muerto.

Pero no, era imposible no haberme dado cuenta de un acontecimiento así. Recuerdo que en las películas, para resolver un asesinato, siempre buscan la pista más cercana al tiempo en que se realizó el crimen y apartir de ahí se hace una reconstrucción de hechos. Por lo que me dedico a buscar en el basurero algo que pueda darme algo con lo que iniciar.

Recorro lentamente la sala, la cual tiene los muebles tirados por todos lados. La mesa, antes un rectángulo con cuatro patas, ahora era un triángulo encima de las sillas. Los sillones llenos de inmundicia y el mismo hedor que sale de mi habitación. Vale, ahí ya tengo un punto. Yo soy el que apesta y ese aroma de pega a dónde sea que estoy. Entonces sé que he dormido tanto en mi cama como en el sillón. Sigo buscando y puedo ver una pila de bolsas de patatas fritas. Algunas aún tienen, pero es imposible comer algo, pues algunas cucarachas y otros insectos hicieron de esos envoltorios su hogar.

Aviento mi sandalia para espantar a los bichos y así poder acercarme. Empiezo a buscar algo que me dé una fecha, pero la única pista son las fechas de caducidad. La que parecía menos lejana es aquella que rezaba "Consumir pref. Ago/2020" las demás eran de meses mucho más lejanos. Me guardo el envoltorio en el pantalón, pues serviría después para armar el rompecabezas.

IncompletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora