━ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 EIGHTEEN ❃

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𝙎𝙊𝙍𝙋𝙍𝙀𝙎𝘼𝙎 𝙄𝙉𝙀𝙎𝙋𝙀𝙍𝘼𝘿𝘼𝙎

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      Una mañana encantadora invadía todo Auradon, ver al chico dormir a un lado suyo parecía casi imposible pero ahí estaba, realmente lindo mientras dormía.

─ Buenos días, Ben ─ murmuró con suavidad, por lo que en el rostro del chico apareció una sonrisa.

─ Buenos días, Beth ─ mencionó mientras se acomodaba en la cama para luego acariciar el rostro de la rubia.

Luego de la fiesta de bienvenida, ambos se mantuvieron en un perfil bajo. Claro, todo Auradon era testigo del romance que surgía entre el rey y la futura reina, sin embargo, Elizabeth no podía dejar de sentirse angustiada, por lo que su madre pudiera decir.

Pero, con el paso del tiempo, comenzaba a importarle las reglas de su madre.

Amaba Auradon pero tenía un deber con Arendelle, por lo que se encontraba en un dilema, amaba su pueblo, el pueblo que la vio crecer pero también amaba la calidez de Auradon, sabía que aceptar Arendelle, consumía tiempo, solo era una chica de 16 años, quería disfrutar con sus amigos, quería ser ella misma.

Por otro lado, estaban aquellos poderes repentinos, trataba de controlarlos pero le ocurría como a su madre, en cuestión de segundos, algún objeto o parte de la habitación se encontraba congelada, pero ese parecía ser el menor de sus problemas, puesto que el característico color de sus ojos se veía opacado por un intenso color azul.

─ Princesa Betty ─ sonrió al escuchar una voz encantadora por los pasillos.

─ Evie... ─ mencionó con alegría mientras la abrazaba ─ ¿almorzamos luego de clases? ─ preguntó mientras sostenía sus libros.

─ ¡Encantada! ─ exclamó con alegría ─ aunque... Mal ─ mencionó apenada.

Elizabeth le dio una sonrisa mientras negaba.

─ No te preocupes, Evie. No hay problema ─ rió mientras caminaban hacia sus respectivos salones.

─ Pero veo que aquí hay uno y me gusta ─ mencionó Evie con picardía, Elizabeth la miró extrañada con una sonrisa.

Ben, Lonnie, Jane, Carlos y Jay se habían acercado a las chicas.
Elizabeth miró a Ben con una sonrisa mientras el resto conversaba, de no ser por la incomodidad que Carlos sentía al ver a Elizabeth tan feliz.

Aunque el chico se hacía a la idea de que ella debía ser feliz con Ben, puesto que Carlos pensaba que no podía ofrecerle lo mismo que Ben.

Los suspiros de la peliazul fueron evidentes mientras se apoyaba de Ben, fingiendo un desmayo.

Luego, la multitud comenzaba a crecer por los pasillos, llamando la atención no solo de los presentes, sino de todo Auradon.

Ben palideció al ver aquella cabellera castaña mientras que su sonrisa se desvaneció y caminó con rapidez.

─ ¿Qué sucede? ─ preguntó Elizabeth confundida ante la actitud del rey.

─ Él sucede ─ murmuró una aparente enamorada Evie.

El corazón de Elizabeth se detuvo por un segundo, sus ojos no podían creer lo que veía.
Mientras reía y sus ojos se volvían cristalinos.

" Tiene que ser una broma " pensaban Ben y Elizabeth.

Claro, Ben quería impedir el acceso hacia la chica Arendelle pero él era había.

─ Lo que ven mis ojos es una maravilla ─ exclama con un peculiar acento.

El ambiente era tenso, o al menos así lo sentía Ben.
Nunca había dudado de sus habilidades pero él parecía volverlo torpe.

─ ¡Erick! ─ mencionó Elizabeth antes de echarse a los brazos del castaño.

─ Supe que me necesitabas y no podía dejarte sola ─ murmuró con sensualidad antes de depositar un beso en la mejilla de la chica.

Ben carraspeó ante la proximidad del chico, sabía de qué podía ser capaz Erick, sobretodo conociendo que durante la infancia de ambos, existió cierta química.

Nunca se había sentido tan inseguro pero sabía lo que Erick significaba en la vida de Elizabeth, ahora podía entender como Elizabeth se sentía ante la presencia de Mal.

─ ¿Pero quién te ha dicho eso? ─ preguntó confundida ─ No me malinterpretes, solo pensé que estarías con Audrey.

─ Alguien por ahí me dijo que necesitabas ayuda y ahora que me han quitado aquel castigo de no verte, qué mejor que ahora estás en Auradon.

─ Es un placer conocerte, Erick ─ mencionó Evie mientras tomaba su mano como un saludo.

─ El placer es mío ─ respondió el chico mientras besaba los nudillos de la peliazul. Esta se enriqueció ante el acto y le regalaba una sonrisa.

─ ¡Créeme, Beth, he venido a ayudar y a pasarla bien! ─ exclamó con alegría mientras todos aplaudían, como si se tratase de alguien importante.

Mal miraba la escena desde lejos, no podía creer como sus amigos parecían haberla dejado a un lado a cambio de los príncipes y princesas.

Le parecía patético aquello, como podían dejar a alguien tan importante a un lado, como si se tratase de una desconocida.

Erick posó su mirada en ella, su postura era neutral pero no apartaba su vista de ellos, en especial de Ben y Elizabeth.

─ Disfrútalo, Beth, los días de felicidad están contados... ─ murmuró mientras pasaba sus manos en su libro más preciado.

El castaño sonrió de una manera pícara hacia la rubia mientras que esta sujetaba con fuerza el libro de hechizos y se alejaba de la multitud.

A veces las personas no son lo que aparentan.

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¡Hola a todos, he vuelto!

Luego de casi más de un año, qué vergüenza.

Estoy tratando de retomar todas mis historias.

No me queda más pedirles disculpas por desaparecer y ya no publicar, no me encontraba del todo bien y mi imaginación estaba estancada.

A las personas que aún están aquí, quiero agradecerles infinitamente🌠❤

𝘽𝙇𝙊𝙊𝘿𝙇𝙄𝙉𝙀 | DESCENDANTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora