Querida Delfina:
Hoy escuché carcajadas detrás de mi ventana. Abrí mis cortinas. Estábas tú, en tu habitación, riéndo a carcajadas. De instante, dejaste de reír. Te dejaste caer al suelo, y comenzaste a llorar.
Delfina, ¿qué te está pasando?
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Cartas a Delfina.
PoetryY éste es, un amor que nunca pudo ser. Uno que, aunque fue mútuo, murió.