Querida Delfina:
Hoy te volví a ver en el bosque, nuestro Bosque. Estábas llorando. Tu hermoso cabello negro caía sobre tu cara.
Quise acercarme.
Pero no pude.
Delfina, ¿por qué estás tan mal?
ESTÁS LEYENDO
Cartas a Delfina.
شِعرY éste es, un amor que nunca pudo ser. Uno que, aunque fue mútuo, murió.