Primera carta.

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                Querida Delfina:

Hoy te miré, escondido detrás de mi ventana. El día era nublado y el viento soplaba salvajemente, eso a ti no te importó. Bailabas al compás del viento, mientras éste meneaba tu cabello hacia los lados, haciéndolo bailar. Tú sonreías ampleamente mientras bailabas, soltabas carcajadas, oh, tus melodiosas y hermosas carcajadas. Te veías tan feliz, querida Delfina, te veías tan contenta, tan...alegre. Pero me duele, Delfina, me duele porque sé y siento, que yo nunca seré el responsable de alguna sonrisa tuya.

Cartas a Delfina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora