Sexta carta.

180 20 0
                                        

               Querida Delfina:

Hoy te vi. Te encontrabas en el bosque al cual me encantaba ir. Estábas sentada. Sola. Llorando silenciosamente mientras tenías tu cabeza escondida entre tus piernas.

Te miré.

Levantaste tu mirada para verme.

Me escondí.

No pudiste verme bien.

Y así fue, querida Delfina,  como pudiste haberme conocido, pero yo lo arruiné, como todo.

Cartas a Delfina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora