Sawamura Daichi

160 25 3
                                    

—Necesito vacaciones. —Daichi se lleva ambas manos a la cara y se frota los ojos. La montaña de informes que todavía tiene en su escritorio a las diez de la noche lo tienta a ponerse violento o a llorar. Sabe que no hará ninguna de las dos cosas, mucho menos frente a sus amigos que han llegado a visitarlo, pero el sentimiento permanece y se apila sobre sus otras tantas frustraciones.

—Lo que necesitas —afirma Nishinoya con su característica confianza, manos posadas a ambos lados de su cadera y cabeza en alto— es una buena mujer.

Clásico Nishinoya. Detrás del más pequeño, Asahi hace una mueca. Daichi suspira.

—¿Quieres decir "otra preocupación"? —pregunta con una sonrisa autocrítica. Cuando se trata de su historial en el amor, el pasar de los años le ha enseñado que no puede ser descuidado con sus parejas. No ha tenido muchas, pero dice mucho de su suerte el hecho de que la mitad de ellas haya terminado por convertirse en un trabajo adicional y la otra mitad haya concluido que él es solo sirve como buen amigo.

—¡Por supuesto que no! Hablo de la mujer. —Nishinoya comienza a gesticular con todo su cuerpo como solo él sabe hacerlo, y Daichi casi puede imaginar a la perfección detrás de su amigo una versión en movimiento de la Gran Ola de Kanagawa enmarcada con árboles de cerezo—. El amor de tu vida. La señora Sawamura. Maestra definitiva del corazón de un viejo aspirante a detective cuyas cicatrices están irremediablemente incrustadas en su ser pero lo suficientemente frescas para necesitar mil caricias cada noche.

—Nishinoya... —Asahi se lleva una mano a la cara, pero es demasiado tarde. El sonrojo le llega hasta el cuello—. Necesitas tener un poco más de cuidado con tus palabras.

—¡De mis labios solo brota la verdad, Asahi-san! Solo aquello que es real al tacto de mi espíritu, las rosas son rojas y las violetas-mmp. —Nishinoya le lanza al más alto una mirada molesta, no solo porque lo ha hecho callar de manera tan abrupta sino también porque la mano de Asahi cubre, increíblemente, más de la mitad de su rostro. A pesar del tiempo que llevan siendo amigos inseparables, la diferencia entre sus alturas y contexturas sigue siendo un tema delicado.

—Discúlpalo, Daichi —dice Asahi con una sonrisa avergonzada (y algo más, Daichi no puede evitar notar)—. Recientemente comenzó a salir con una estudiante de Literatura y toda la semana ha estado obsesionado con componer malos poemas. —En un movimiento repentino, Nishinoya muerde la mano de Asahi. Ignorando sus tantas protestas, el menor continúa mordiendo como un pinscher territorial hasta que Daichi suelta una carcajada.

—Ahí estás —dice Nishinoya con una sonrisa de oreja a oreja. Daichi sabe a qué se refiere; se ha mirado varias veces en el espejo durante el transcurso de la semana y está consciente de que no parece el mismo hombre de siempre.

—Gracias. —No es necesario decirlo, pero lo hace de todas maneras—. Y no estoy tan viejo. Todavía tengo tiempo para tomarlo con calma, ¿no?

—¿La búsqueda de tu verdadero amor?

Él se ríe.

—Sí, supongo. Lo que sea que eso signifique.

—Tienes razón —concuerda Asahi—. Pero creo que te haría bien. Un cambio de aire, ¿sabes? —Esto último lo dice con una mirada alrededor. A pesar de ser tan tarde, la estación de policía rebosa con actividad. Tanto oficiales y detectives como civiles sospechosos crean una pintura en constante movimiento que debe estar poniendo nervioso a Asahi.

—Tal vez.

—¡Ya sé! —exclama Nishinoya con el dedo índice apuntando al techo—. ¿Por qué no te postulas para la nueva temporada de Terrace House, Daichi-san?

—Terra... ¿Terrace House? —Daichi tropieza con las palabras—. ¿Qué es eso?

La pregunta, por la mueca aterrada que hace Nishinoya, parece anunciar el fin del mundo. Incluso Asahi se muestra sorprendido.

—¡Un reality súper popular! ¿Cómo es que no lo conoces? —A continuación, Nishinoya abandona su posición junto al escritorio de Daichi y se sienta en uno de los asientos frente a él, con las piernas juntas y las manos en las rodillas. Su voz es calmada cuando comienza a recitar—. Buenas noches —inicia el hombre con una reverencia—. Terrace House es un programa sobre seis extraños que viven juntos, y los observamos interactuar. Solo preparamos una casa hermosa y autos de lujo. No hay libreto.

Daichi sabe que debe lucir dolorosamente confundido, porque Asahi se apresura a explicar.

—Ah, verás, como Noya dice Terrace House es un programa tipo reality en el que los espectadores y un grupo de comentaristas observan las interacciones de tres hombres y tres mujeres que no se conocen, a partir del momento en que comienzan a vivir juntos. —Asahi se lleva una mano a la nuca y desvía la mirada—. La mayoría de los participantes llegan buscando tener una relación con algún otro miembro de la casa, aunque hay algunos que tienen metas distintas al romance.

—Es decir que... ¿Los participantes son vigilados todo el tiempo? ¿Como con cámaras de seguridad en cada habitación?

—¡Ja, ja! ¡Sí, como Actividad Paranormal!

—¡Nishinooooya! —Asahi se pone pálido—. No le hagas caso, Daichi. Los participantes no son filmados todo el tiempo, por lo general hay situaciones que ocurren fuera de cámara. Todo lo hacen con un equipo de camarógrafos, no con cámaras ocultas.

—Ya veo... —Daichi ladea un poco la cabeza y luego sonríe—. De todas formas, no creo que participar en un reality sea lo mío.

—La verdad es que me cuesta imaginar sentirme cómodo en una casa donde medio Japón me mira de vez en cuando —agrega Asahi con una risa nerviosa para mostrar su apoyo—. Y en tu caso sería difícil dejar el trabajo, ¿no? No podrías viajar a Tokio todos los días.

—¡No no no no no! —Nishinoya interrumpe levantándose de la silla y moviendo los brazos con una expresión deleitada que no concuerda con su rotunda negativa—. ¡No no no no no! ¡Es perfecto!

—¿Noya?

—Asahi-san, ¿no lo sabes? El escenario de la nueva temporada de Terrace House no será en Tokio esta vez, ¡sino en Miyagi! —dice triunfante.

—¡¿Aquí?!

—No aquí aquí en Sendai, no. Específicamente en Karasuno, ¿no es perfecto?

Asahi abre los ojos cómicamente y pasea la mirada entre Daichi y Nishinoya como viendo un partido de tenis, abriendo y cerrando la boca cual pez fuera del agua. Daichi no sabe si debe estar avergonzado, preocupado o entretenido por el comportamiento de sus amigos. Sus colegas y los civiles en la estación llevan un rato mirándolos de reojo.

—Es demasiado perfecto... —susurra el más grande.

—Eh... ¿Asahi? ¿Qué? —La sonrisa que se estaba asomando en el rostro de Daichi se congela de inmediato cuando, repentinamente, Asahi lo toma por los hombros y lo mira fijamente. Un par de policías al otro lado del recinto se ponen de pie con lentitud. Desde su perspectiva, debe parecer como si un individuo peligroso estuviera amenazando a Daichi, sobre todo teniendo en cuenta que la considerable diferencia de estatura se hace aún más evidente cuando Daichi está sentado.

—¡Daichi! Tal vez... Tal vez, no, probablemente es el destino. Es demasiado perfecto. ¿Sabes cómo se llamará esta temporada de Terrace House?

Daichi niega rápidamente con la cabeza, su pulso acelerándose ante la intensidad que encuentra en los ojos de sus dos amigos. Conoce esas miradas demasiado bien. Significan problemas.

—Terrace House: Homecoming 2020. Sería tu regreso a casa, Daichi.

Terrace House: Homecoming 2020 (Haikyuu!! Multiship AU, #Volleyball2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora